Cataluña

Ser catalán en Madrid: «Hay amigos que me han dicho que estoy españolizada»

“Me he sentido rechazada por mis amigos catalanes”, dice una vecina de Cataluña residente en la capital

Cristina, Valentín y Xavier.
Cristina, Valentín y Xavier.larazon

Encrucijada. Esa es la palabra que define a los catalanes residentes en Madrid en los últimos días. Se sienten catalanes, por haber nacido allí, pero también madrileños porque están asentados aquí.

Encrucijada. Esa es la palabra que define a los catalanes residentes en Madrid en los últimos días. Se sienten catalanes, por haber nacido allí, pero también madrileños porque están asentados aquí y por ser la comunidad donde han encontrado trabajo y porque la acogida que han recibido aquí “ha sido muy buena”, dice Cristina Lorenzo, que lleva cuatro años viviendo en Madrid, ciudad que le ha dado un “trabajo, una madurez y una independencia”, asegura.

Reconoce que cuando llegó a la capital “era muy catalana” y tenía ideas cerradas e incluso “tenía rechazo a Madrid”. Sin embargo a medida que pasaban los años cambió su forma de ver la cuestión catalana. Hoy no comprende el argumentario independentista de “España nos roba” y respalda una consulta a nivel nacional y legal. Ella se siente catalana y española y también madrileña de “adopción”, por ello lamenta que no se siente respaldada por su entorno catalán. “Hay amigos que me han dicho que me han españolizado o que me he dejado que me coman el coco e incluso manipulado”. “Son cosas que duelen, porque no por no querer la independencia soy menos catalana”. Sin embargo asegura que en Madrid nadie la ha juzgado por ser catalana. “Me da pena pensar que podría perder a un amigo por política”.

Para ella el problema de fondo está en Cataluña, donde cree que hay un perfil identitario muy cerrado. “Están obcecados”, reconoce. Personalmente, dice, “venir a Madrid me ha hecho ver la realidad y abrir la mente”, aunque asegura que la solución por parte del Gobierno español debería haber sido el diálogo. También ve con tristeza algunas de las acciones que se están cometiendo desde el Govern y que sin duda identifican a Cataluña únicamente con el procés, como el día de la Diada -el día de Cataluña- que a su juicio hoy se ve como “el día de la independencia”. Cristina pone otro ejemplo, con el que también denota su preocupación. El día de la manifestación contra el terrorismo yihadista tras los atentados de Las Ramblas, a través de Facebook criticó la aparición de “esteladas” en la concentración, y según explica, amigos suyos la criticaron por sólo hacer referencia a la presencia de estas banderas y no la de la enseña nacional. “Una es constitucional y otra no”, zanja.

Como ella, Valentín y Xavier seguramente no se manifestarán el 1 de octubre en la capital en la concentración “Madrid contra la represión”, que en estos días se está convocando a través de las redes sociales. “Mi mujer es madrileña, ¿cómo voy a ser independentista?, dice con sorna Valentín, que lleva exactamente 25 años en Madrid. Es propietario del bar “La huerta de Casa Ricardo”, especialista en comida catalana, y el día de la consulta no estará en Cataluña. “No puedo votar porque no estoy empadronado allí”, explica, aunque si lo estuviera tampoco lo haría: “sería dar por bueno algo que es ilegal”, argumenta. Así que el domingo se levantará y abrirá las puertas de su bar como cada día: “tengo el restaurante lleno”, asegura. Este profesional de la hostelería dice estar satisfecho con haberse establecido en Madrid con el fin de “transmitir la cultura y gastronomía catalana”, y si le preguntan si se siente rechazado por ser catalán, lo niega tajantemente. De hecho se siente “respetado y prestigiado”. Es de Lleida y tiene claro que nadie le va a “evitar” que sea catalán.

Xavier lleva tres años más que Valentiín residiendo en Madrid y viaja con regularidad a Cataluña donde tiene familia y una casa propia. Asegura que no le sorprende las situaciones que se están viviendo estos días, y le duele por todo lo que le une con su ciudad natal. Tampoco irá a votar. Cree que el Estado debería hacer un referéndum en el que todos los españoles puedan votar. “Me siento muy catalán y español”, por lo que en el caso de que se declarara la Declaración Unilateral de Independencia pediría su pasaporte catalán. Xavier también se siente querido en Madrid y dice que nunca ha tenido ningún problema en Madrid por su lugar de nacimiento.

Por su parte, F.V, también reside en Madrid y confirma a LA RAZÓN que está viviendo la consulta con «preocupación». En Madrid no se ha sentido nunca rechazado por ser catalán, pero reconoce que en Cataluña tiene amigos y familia que son independentistas y otros que no lo son y ve que hablar sobre la consulta se está convirtiendo «en un tema tabú». «No sacas el tema por si acaso alguien se ofende, te da cierto miedo», relata. Como otros catalanes que viven en Madrid, no puede ir a votar, pero si pudiese no lo haría. «No ir a votar es quitarle importancia a la consulta», asegura.