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«Soy de ETA y vengo a ejecutarte»

La Razón
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«Soy de ETA y vengo a ejecutarte». Éstas fueron las últimas palabras que oyó en su vida la cabecilla etarra María Dolores González, alias «Yoyes», que fue asesinada por haberse acogido a medidas de reinserción, lo que fue considerado como una traición por los jefes de la banda. El encargado de dispararle dos tiros en la cabeza fue José Antonio López Ruiz, «Kubati». Cometió otros atentados, con un total de 13 asesinatos, por los que estaba condenado a 1.210 años de cárcel. Entre estas acciones criminales se encuentra la perpetrada contra el general Rafael Garrido, gobernador militar de Guipúzcoa, en el que murieron, además del militar, su esposa, su hijo, de 16 años, y una transeúnte.

Otro de los miembros de ETA que se va a beneficiar de la libertad anticipada es la «laguntzaile» del «comando Madrid» Inmaculada Noble Goicoechea, condenada, entre otras atentados, por el que costó la vida al teniente coronel Carlos Besteiro, al comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas y al soldado Francisco Casilla.

José Félix Zabarte Jainaga, «Ekain», es uno de los pistoleros más peligrosos que ha tenido ETA. Formó parte del «comando Vizcaya» y es conocido por haber rematado a sus víctimas, entre ellas una mujer embarazada, esposa de un policía, al que también mató, y a otro agente. También dio muerte, en 1985, al marinero de Lequeitio Ignacio Montes. Le disparó tres veces en el portal de su casa y le remató con otros cinco disparos.

El «comando robacoches» era una de las piezas fundamentales para que las otras células de la banda pudieran matar y causar destrucción con mayor seguridad, sin tener que arriesgarse a sustraer los vehículos en la zona en la que actuaban. Uno de los del grupo de «manguis», Gonzalo Rodríguez Cordero, también estará en breve en la calle.

Francisco Javier Lujambio Galdeano fue condenado por la Audiencia Nacional a un total de 54 años por el atentado contra dos guardias civiles cuando cenaban en un bar de Goizueta (Navarra).

Jesús Díaz de Heredia Ruiz de Arbulo, miembro del «comando Xira», fue condenado por el asesinato en Vitoria del subcomisario de policía Agustín Ruiz.

Pedro Juan Odriozola Aguirre fue sentenciado a 162 años de prisión. Participó en un atentado contra un convoy de la Guardia Civil en Tolosa.

Juan María Aguirre Gabirondo Agote, alias «Chipas», fue condenado por el secuestro del empresario Lucio Aguinagalde y por el asesinato del jefe de la Ertzaintza, Genaro García Andoain, durante su rescate.

A Pedro María Rezabal se le encontró culpable del asesinato del guardia civil retirado José Herrero Quiles, cuando paseaba con su hijo Juan José, de 19 años, por una plaza de Lasarte. Miguel Turrientes Ramírez fue condenado por haber participado en este mismo atentado.

María Josefa Uzcudun cumple una pena de 73 años de cárcel por formar parte de un «comando» que operaba en Guipúzcoa. Intentaron asesinar a los miembros de una patrulla de la Guardia Civil y no lo lograron al fallarles el dispositivo de la bomba.

Antonio Alza perteneció al «comando Mendy». Fue condenado a 30 años de cárecel. Entre otras acciones criminales se les atribuyeron el ataque a las instalaciones de la Renfe en la localidad de Rentería (Guipúzcoa).