Un destacado negociador con ETA

La «paz» que hace ya dos décadas años defiende Jonan Fernández en plataformas que cambian de nombre como los proetarras de siglas –Lurraldea, Elkarri, Lokarri y Baketik–, no es el fin del terrorismo, con castigo para los asesinos, sino el resultado de una negociación con concesiones a cambio del silencio de las armas. La persona a la que Urkullu ha puesto al frente de la Secretaría de Paz y Convivencia cogió relevancia pública en 1992 negociando con ETA y con la Diputación de Guipúzcoa, desde la plataforma ecologista Lurraldea, el trazado de la autovía de Leizarán, objetivo de los terroristas. Provenía de uno de los lados de la negociación, ya que fue concejal de Herri Batasuna en Tolosa de 1987 a 1991 y recordemos que HB fue considerado por los tribunales de Justicia tan organización terrorista como la propia ETA. La negociación ha sido el referente vital de Jonan Fernández y hay algunas pistas sobre los intereses que pudiera defender, puesto que Lokarri, la penúltima de las plataformas a las que ha pertenecido, impulsó la Conferencia de Aiete de 2011, el paso previo, según la estrategia de ETA, del anuncio del «cese definitivo de la violencia». Lokarri fue la más significativa de las plataformas en las que ha militado Fernández, aunque los últimos seis años ha estado al frente de Baketik, con sede en el Santuario de Aranzazu. Para Urkullu es un valor su origen próximo a ETA y su teórico distanciamiento.