Un relator para Madrid

Por un sí a los Presupuestos, un mediador; por un apoyo a mis ocurrencias, un cambio de abogado del Estado; por un día más en La Moncloa...yo no sé que te diera por un día más en la Moncloa (Pedro Sánchez, 2019).

Dices que me haces una cesión, y sólo lo dices porque te puedo quitar el sillón, eso no es una cesión...es el comienzo de la procesión (Quim Torra, 2019).

Sin contar con el beneplácito de Gustavo Adolfo Bécquer, me parece la mejor descripción ante la mayor humillación al Estado español. Resulta que el mediador o relator, escribiente o notario no es consecuencia del órdago del independentismo con la moción de censura a los Presupuestos, ni tiene nada que ver con el inicio del juicio al procés, ni con la prórroga del asentamiento de Pedro Sánchez en Palacio.

Escuchas a Carmen Calvo, quitando importancia a tal despropósito, describiendo las funciones que la figura del relator (ya no mediador) debe desempeñar, que parece una publicación de Linkedin: el Gobierno busca un persona que conozca la realidad catalana para convocar reuniones, gestionar llamadas, administrar un grupo de whatsapp, reservar salas de reuniones, y dar fe notarial de lo que acontezca.

Si esto no tuviera que ver con la autodeterminación de Cataluña ni con la petición de indultos a los encausados por el 1 de octubre y sólo obedeciera a los abusos económicos ejercidos sobre Cataluña, la Comunidad de Madrid debería de pedir otra mesa de negociación por perder 1.500 millones de euros de inversión en los futuros presupuestos. Y solicitar para la escritura de dicho relato, a una persona de reconocido prestigio, internacional y conocedor de las desigualdades entre Cataluña y Madrid, para el que cualquier headhunter, en base a estos parámetros, propondría, sin lugar a dudas, a Carles Puigdemont para su desempeño. Nunca un asentamiento, aunque este sea en un Palacio, había salido tan caro para una Nación.