Restringido
Una vieja aspiración
A falta de estudiar la letra pequeña, el anuncio del presidente del Gobierno de la aprobación inminente de un Real Decreto Ley de segunda oportunidad para personas físicas, autónomos y familias, responde a una de las más viejas reivindicaciones de nuestra organización. Hasta ahora fracasar para un emprendedor o un autónomo era una condena a la indigencia, cuya única salida, en muchos de los casos, eran los comedores públicos.
Así que no podemos más que celebrar que, al fin, se anuncie que se facilitará, en caso de fracaso, la posibilidad de reestructurar las deudas mediante un acuerdo extrajudicial de pago, de establecer moratorias e, incluso, acordar quitas. Además, se reducirá el plazo de reclamación de deudas de 15 a 5 años, algo que permitirá a muchos autónomos y familias que las mismas no les persigan hasta la tumba. Garantizar una segunda oportunidad no sólo ayudará al autónomo que fracase a superar la situación, sino que es la mejor forma de combatir uno de los grandes obstáculos del emprendimiento: el miedo al fracaso.
Pero hay que buscar la eficacia de la iniciativa. Debe establecerse un procedimiento adaptado al autónomo persona física. Que sea exprés y barato. Deben considerarse las deudas públicas a la hora de establecer quitas no reclamando más allá del principal y eximiéndoles del pago de intereses de demora y recargos ejecutivos. Las deudas con Hacienda y la Seguridad Social son las que suelen hundir al autónomo. Hay que fijar de una vez por todas un SMI inembargable para garantizar no sólo que pueda poco a poco hacer frente a sus deudas, sino que tenga un mínimo para su supervivencia y su familia.
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