
Municipios
El único concejal de UPN en Echarri, frente a los demás de Bildu, denuncia que el pacto de los socialistas con los proetarras lleva a Navarra a la ruina
Juan Frommknecht tiene que ganar en los tribunales lo quwe le niegaan en el salón de plenos

“Si usted pasea por Echarri Aranaz y ve las pintadas a favor de ETA, amenazando jueces, en contra de la Iglesia, de mofa a la Guardia Civil, al más puro estilo del Ulster de los años 80, se da cuenta que esta zona no ha evolucionado, y ningún inversor sensato vendría aquí a jugarse su dinero”.
Juan Frommknecht, es el único concejal constitucinalista, de UPN, en el municipio navarro de Echarri Aranaz, donde los otros diez ediles son de Bildu. Es una especie de “solo ante el peligro” y advierte, en declaraciones a LA RAZÓN, de que no solo el futuro de La Barranca, donde está Echarri, sino de toda Navarra está en peligro por la equivocada gestión de los socialistas de María Chivite con Bildu.
“Creo que Echarri Aranaz, como el conjunto de la Barranca, está sufriendo un retroceso. La principal empresa de la zona está a punto de cerrar. Un importante polígono industrial que se planteó realizar en la zona fue desestimado por presiones. Ha habido sabotajes a sondeos del Tren de Alta Velocidad. El paro va a subir en la zona. Esto es también reflejo de una nefasta política industrial y económica llevada a cabo por el Gobierno de María Chivite. Tenemos los impuestos de la renta y de sociedades más altos de España, y, obviamente, las empresas no solo no vienen, sino que se van. Son varias e importantes las que han cerrado o van a cerrar en Navarra. Navarra necesita unas buenas comunicaciones con el resto de España, y no tenemos ni autopista a Madrid, ni una regularidad de vuelos suficientes con Europa. Navarra no tiene Tren de Alta Velocidad. Navarra se va quedando atrás. Pedro Sánchez y María Chivite tienen toda la responsabilidad de todos estos problemas”.
Sobre su gestión en el pueblo, reconoce que es “desilusionante y negativa. Vine aquí a involucrarme en hacer política de verdad, para los vecinos, y me resulta imposible. Bildu no ha creado comisiones informativas, solo ha creado la Junta de Gobierno, en la que están ellos, por lo tanto, me entero de los temas a tratar en pleno cuando lo convocan, dos días antes de la celebración del acto. Solo puedo estudiar esos temas, y los estudio bien, pero no puedo tomar el pulso al día a día de la gestión ni aportar mi experiencia y conocimientos a favor del pueblo”.
Sin embargo, subraya, “la ciudadanía ha ganado el derecho a que sus representantes acudan a este pleno sin escoltas. Yo vengo solo. Ni me acompaña nadie, ni lo necesito. Las reuniones son tensas, pero respetuosas. Mi trabajo ha servido para temas simbólicos, como por ejemplo que la bandera de todos los españoles esté en el balcón del ayuntamiento, que se retiren banderolas de Etxerat de un programa de fiestas tras recurrirlo al Tribunal administrativo de Navarra, que se quiten banderolas de Etxerat de la farolas, tras recurrirlas al Tribunal Administrativo de Navarra, que se coloque dignamente el retrato de su majestad el Rey y la bandera de España en el salón de plenos, cosa que tuve que ganar en el Tribunal Administrativo de Navarra, o que el Ayuntamiento borre una pintada de apoyo a ETA de la fachada de la casa de una víctima de ETA, en vez de ordenar a la víctima que borre ella la pintada. Todo ello está bien, pero no es a lo que vine”.
Sobre su situación personal, dice que “que no es sitio para personas con miedos. Pero yo creo que el afán por buscar una convivencia democrática es lo que me da fuerzas. Ellos al menos escuchan mis propuestas, aunque luego las voten en contra. Es cuestión de ganar respeto, probablemente nunca llegaré a tener una relación cordial con ninguno de los concejales de Bildu, pero sí creo que estamos consiguiendo mantener las formas, aunque en ocasiones tengan comportamientos profundamente antidemocráticos, como el otro día, en el que no me dejaron ni exponer una moción para borrar todas las pintadas favorables a ETA del municipio”.
No llama la atención, porque es lo que hay, que el Gobierno de Navarra le niegue su apoyo. “A quienes apoyan son a Bildu. Sus socios son Bildu. Con quien pactan los presupuestos y a quien otorgan partidas nominativas, a dedo, es a Bildu. El Gobierno de Navarra puede obligar a la alcaldesa de Echarri a borrar las pintadas, pero no quiere. El Gobierno de Navarra puede obligar a la alcaldesa de Echarri a poner el retrato del Rey y la bandera nacional en el salón de plenos, pero no quiere. Ha tenido que ser UPN quien lo gane en los tribunales, 46 años después de aprobarse la constitución. Todo aquí es una Burla al estado y a la personalidad de Navarra. Si usted entre a Echarri desde Pamplona, lo primero que se encuentra es una inmensa rotonda con unas inmensas banderas: La de Euskadi, una no oficial de Navarra usada por la izquierda Abertzale, y ahora, la de palestina. Todo ello es contrario al principio de neutralidad consagrado en la constitución, pero es lo que le gusta a Bildu y lo que María Chivite consiente. Así que va a tener que ser UPN, otra vez, quien haga cumplir la Ley. Es muy triste”.
El concejal regionalista asegura que “voy a cumplir, si Dios quiere, mi compromiso hasta el último día. Si le digo la verdad, en Echarri no hablo más que con un par de personas. Hay miedo. Yo mismo he vivido doce años escoltado en los tiempos de ETA, y he sido objetivo de ETA. Y por eso mismo, no voy a abandonar. No voy a dejar a esos valientes que me votaron sin voz. No voy a dejar de ser la voz de la Constitución y de España en la última frontera. Y para mí, pese a lo duro de la situación, es un honor. Si yo puedo ir solo hoy a un pleno, es porque muchos lucharon y muchos perdieron la vida para que el terrorismo fuera derrotado. También a ellos se lo debo, y cada día que paso por la puerta de ese ayuntamiento, es un homenaje, anónimo y silencioso a todos ellos. Y sorprendentemente, en Pamplona y en otras localidades, hay muchas personas que me paran por la calle, que me piden que estreche su mano, que me escriben, que me dan ánimos, que me dicen cosas muy bonitas y reconfortantes. También a ellos me debo. Y a valientes que asumen esas responsabilidades en otros municipios difíciles, como silvestre Zubitur en Leitza, o Jon Angulo en Olazagutía. Echarri Aranatz es Navarra. Navarra es España. Y si de verdad amamos Navarra, y amamos a España, no podemos olvidarnos ni abandonar a Echarri Aranatz”.
✕
Accede a tu cuenta para comentar