Elecciones andaluzas
UPyD e IU rompen con el PSOE y le dejan en minoría en Asturias
534 días o, lo que es lo mismo, un año, cinco meses y 16 días. Eso es lo que ha durado el acuerdo de legislatura entre el PSOE y UPyD en Asturias, suscrito el 16 de mayo de 2012 y que ha saltado por los aires después de que los socialistas bloquearan la reforma de la ley electoral asturiana, uno de los puntos clave del pacto. En el acuerdo se estipulaba que ambas formaciones, «conscientes de la necesidad de seguir en el camino emprendido de mejora de la calidad democrática del Gobierno autonómico», promoverían el estudio de una modificación que contemplase «el mantenimiento de la barrera electoral del 3%, el perfeccionamiento de la fórmula electoral que garantice una mayor proporcionalidad y el desbloqueo de las listas electorales». Sin embargo, el jueves, a la hora de votar una proposición de ley sobre la materia, el PSOE se desdijo y retiró su apoyo a la medida, sumándose a la posición del PP y Foro. Su argumento es que la reforma debe nacer del consenso y que, si ninguno de los dos partidos de derechas la apoya, no tiene sentido.
Frente a ellos se situaron UPyD e IU, que, aunque no tiene suscrito un pacto de Gobierno, sí apoyó la investidura del socialista Javier Fernández como presidente y los últimos presupuestos. A juicio del portavoz de IU en la Cámara asturiana, Ángel López, la votación escenificó el nacimiento de «un nuevo tripartito». «No cuenten con IU para eso», advirtió.
Al perder el aval de UPyD e IU, que disponen de uno y cinco diputados, respectivamente, Fernández se encuentra con el serio problema de que sus 17 diputados no van a ser suficientes para sacar adelante las próximas cuentas asturianas, ya que tampoco parece probable que el PP (diez diputados) o Foro (doce diputados) las suscriban. «Queda claro que, a partir de este momento, el Partido Socialista y el Gobierno de Asturias están en minoría», solemnizó ayer Rosa Díez entre aplausos y gritos de «¡Bravo!» en el II Congreso de UPyD en Madrid.
Durante su intervención, la dirigente de la formación magenta defendió el acuerdo firmado con el PSOE en mayo de 2012 porque era «un pacto por la estabilidad institucional, que bien la necesita Asturias, por el progreso y por la regeneración democrática», al tiempo que lamentó que los socialistas lo habían roto «de una manera vergonzosa y escandalosa». «El Partido Socialista en Asturias ha roto el pacto que tenía con UPyD para optar por llegar a un pacto con el PP para mantener el poder con una ley electoral injusta. Eso es lo que ha hecho. Ya sabemos que la política es optar y el Partido Socialista ha optado, ha optado por mantener un pacto de hierro con el PP, en vez de optar por la estabilidad en esa tierra, con un pacto con nosotros e IU», aseveró enérgicamente.
«Nos gustan las cosas claras, entre otras cosas porque los ciudadanos exigen claridad y respeto. No nos gustan los chanchullos ni los pactos que se hacen por detrás y de tapadillo. Hicimos un pacto por la política, no por el poder», dijo para cerrar la polémica, justo antes de proseguir desgranando cuál es el espíritu de su partido.
En respuesta a estas afirmaciones, el secretario de Organización del PSOE, Óscar López, aconsejó a su ex compañera de partido «que no confunda sus intereses con los de los ciudadanos» y trasladó el respaldo «absoluto y firme» de la Ejecutiva Federal a la labor de Fernández, que «cumple a rajatabla con sus compromisos de investidura y prioriza los intereses de Asturias y de sus ciudadanos». Así, remarcó que los socialistas asturianos persiguen «la recuperación económica y la creación de empleo, así como el mantenimiento de unos servicios públicos de calidad», que es lo que, en su opinión, preocupa a los asturianos por encima del funcionamiento del sistema electoral. De paso, el dirigente socialista justificó la decisión de no apoyar la reforma electoral con la idea de que «las reglas del juego sólo se pueden cambiar con consenso».
Mientras tanto, las otras formaciones que podrían decir mucho en el futuro de Asturias, el PP y Foro Asturias, se mantienen –al menos de momento– en un plano más discreto. Según reconocieron fuentes populares a LA RAZÓN, Mercedes Fernández y su equipo quieren esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos para hacer una valoración más sosegada de los posibles escenarios que se plantean ahora.
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