Opinión
Usted no es decente
El Gobierno de Pedro Sánchez está podrido y ahora nos consta
El jueves comí con un periodista alemán de Schleswig-Holstein (a más señas, votante de Los Verdes) que viajaba a España y preguntaba «cómo es posible que Sánchez aguante tanto en el gobierno». Creo que la respuesta estriba en que España sólo castiga realmente dos cosas: la corrupción o la quiebra económica.
Cuando Pedro Sánchez le espetó a Mariano Rajoy en aquel debate «Usted no es decente», se firmó el RIP del presidente del PP. Ahora, los indicios de la UCO señalan la corrupción no sólo de varios ministros, sino del propio Sánchez. José Luis Ábalos fue el cabecilla de la «Trama Koldo», pero es que la ministra de Hacienda, Nadia Calviño, aparece en los papeles de la guardia civil como presente en las reuniones para la concesión de las subvenciones a las empresas enchufadas y rescatadas. Las dos primeras empresas que rescató la Sepi fueron clientes de Aldama: Air Europa y Duro Felguera. A su vez, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, colaboró para despejar el destino de Leonardo Marcos, que había puesto al frente de la Guardia Civil y que hubo que mandar a América cuando se le descubrió conectado a Koldo y Aldama. ¿Se va a hacer dimitir a ambos ministros, como con Ábalos? ¿Y Armengol, que contrató la trama de las mascarillas? ¿Y Begoña Gómez, que enchufó para los dineros públicos a los mismos que le pagaban la publicidad en sus proyectos laborales? Víctor de Aldama, el empresario ahora en la cárcel, hablaba de Sánchez como «El 1» y de Ábalos como «El jefe» ¿de verdad va a comprar la opinión de izquierdas que en el partido «el que hace la paga», como ha señalado el presidente tras su reunión con el papa, en rueda de prensa en Roma?
Este ejecutivo está podrido y ahora nos consta. Si le tengo que explicar a mi amigo el periodista por qué sigue en pie, confieso que soy incapaz. Es suficientemente grave que una mafia, insertada en el ministerio de Transportes, se beneficiase de contratos irregulares durante la pandemia, pero las conexiones entre los mafiosos y la mujer del presidente hacen imposible el equilibrio de poder. Hablamos de más de 600 millones de euros en el caso del rescate de Air Europa, pero es que hasta los diez mil euros de sueldo de Begoña en la universidad complutense son injustificables, porque sólo fue una enchufada sin título, esponsorizada -eso sí- por las empresas que acudían al olor del poder.
Según publicó ayer La razón, los doscientos folios del informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil advierten al juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno de que Aldama comentó a Hidalgo que se pasaría por Transportes el 9 de julio porque ese mismo día a «primera hora se reúnen el 1 (Sánchez), la de Hacienda y Ábalos y está tomada la decisión de que se da» el dinero.
Y ahora resulta que Delcy Rodríguez, mano derecha de Maduro, sancionada por la UE, también proporcionaba enchufes y dinero a Aldama. El 25 de febrero de 2020 el presidente dijo públicamente que desconocía el viaje de la señora a Barajas. El jueves reconoció en Roma que Ábalos se lo había dicho. Encima, mentiroso. Aclaró, eso sí, que no sabía de las sanciones de la Unión Europea a Rodríguez. Que yo sepa, el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento. En particular, a los primeros ministros.
Francamente, que Ábalos tuviese una querida llamada Jéssica, estudiante de odontología a la que pagaba 1500 euros diarios y que viajó en la comitiva oficial del ministerio a Dubai, a costa del contribuyente, es sólo cani y secundario en comparación. Si todo lo anterior no lleva a una moción de censura, no entiendo qué puede provocarla.
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