A. Rojo
¿Y en España no se dimite?
Sánchez, Rivera y Casado tendrán que hacer frente a presiones para abandonar si los resultados en las elecciones generales no cumplen las expectativas de sus partidos
Al menos tres de los cinco principales candidatos a la presidencia del Gobierno –concretamente Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias– podrían tener que hacer frente a serias presiones para ser sustituidos por otros líderes de sus formaciones políticas si sus resultados no cumplen con las expectativas o si no logran ser decisivos en el periodo de negociaciones que se abrirá al día siguiente de las elecciones generales.
VERÓNICA FUMANAL
Presidente de la Asociación Comunicación Política (Acop)
La paradoja de las primarias en España
En cuanto a dimisiones solo hemos tenido hasta el momento el ejemplo de Rubalcaba después de las europeas de 2014. Aunque no era el candidato convocó un congreso que significó de facto su dimisión. En esta ocasión los partidos que tienen peores expectativas cuentan precisamente con esa ventaja: si el resultado no es tan malo como se teme se verán reforzados. El 10 de noviembre no veo ninguna dimisión, ni siquiera con malos escenarios. Estamos viviendo una época en que los partidos tienen estructuras muy presidencialistas y liderazgos muy fuertes, En una coyuntura de repetición de elecciones no es el mejor escenario para reestructurar un partido que puede ser fundamental para gobernar. Bonilla sacó el peor resultado del PP y ahora es presidente. Quien gana o quien pierde no tiene tanta importancia si estás en el Gobierno. En la mayoría de partidos existe un régimen de primarias más o menos flexible. Sin embargo las primarias hacen más presidencialistas los partidos porque los líderes tienen más legitimidad en el ejercicio del poder. Es una paradoja que las primarias venían a ser un método para democratizar pero al final han creado estructuras más verticalizadas.
RAFAEL CALDUCH
Catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid
Sin referentes claros en Europa
Pocas pistas existen en países de nuestro entorno respecto a qué camino seguir cuando un candidato fracasa repetidas veces en sucesivos encuentros con las urnas. Rafael Calduch, catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, explica a este respecto que sólo los regímenes no presidencialistas son relevantes a la hora de establecer analogías. E incluso dentro de las monarquías parlamentarias el caso de Reino Unido tampoco es pertinente debido a las peculiaridades de su sistema electoral. «En Europa hay pocas partitocracias como la nuestra», comenta este experto antes de explicar que debido a que en España todo gira en torno a candidatos que son, al mismo tiempo, secretarios generales o presidentes de sus partidos, si la derrota electoral significara automáticamente la dimisión del candidato los procesos de restructuración de partidos serían mucho más habituales de lo que son actualmente en nuestro país. Para Calduch el problema de fondo es que nuestra clase política aun no sabe como gestionar mayorías simples.
Antes se ha citado el caso del Reino Unido y, junto con Alemania, se trata efectivamente de una democracia comparable a la nuestra en muchos aspectos. Sin embargo en esta nación existe una tolerancia mucho menos que en nuestro país respecto a las causas que exigen una dimisión fulminante de un candidato. En Reino Unido se dimite, literalmente, hasta por irregularidades relacionadas con infracciones de tráfico. Además, el sistema electoral británico está diseñado para producir mayorías amplias en el parlamento de manera que el último Gobierno en coalición que se produjo fue el de David Cameron con los liberales de Nick Clegg en 2010. El anterior se produjo nada menos que 26 años antes, en 1974, por lo que la clase política en Reino Unido no suele verse en muchos aprietos para formar gobierno tras unas elecciones. Tampoco en Alemania se produce una dimisión inmediata del candidato que fracasa en unas elecciones generales aunque se han dado casos como el recientemente protagonizado por Martin Schultz. Este político socialista anunció en 2016 que no intentaría ser elegido para un tercer mandato como presidente del Parlamento Europeo para irrumpir en la política de su país disputándole a Merkel la cancillería. De todos es conocido que el resultado del SPD fue el peor de su historia tras la II Guerra Mundial en 2017. En las negociaciones para resucitar la gran coalición, Schultz llegó a aceptar el ministerio de Exteriores pero las críticas fueron tan graves que finalmente abandonó la presidencia de su partido..
EDUARDO GONZÁLEZ VEGA
Consultor del Centro Internacional de Gestión y Marketing Político (CIGMAP)
Se avecinan decisiones importantes
Cada país tiene su forma de entender la política. En la actualidad vivimos un escenario nuevo. Antes había dos partidos y los liderazgos eran más largos. Todos aquellos partidos que no cumplen con sus expectativas tendrán que tomar decisiones importantes internas de fondo. Podríamos tener novedades en este sentido. Rivera sería la primera vez que no subiría y podría defenderse utilizando este argumento. Aunque fracase puede ser decisivo y eso le puede salvar. Sánchez se lo juega todo a la gobernabilidad. Iglesias tiene un suelo claro de electores sólidos. Casado si el resultado es malo puede jugar sin red aunque las encuestas le son favorables.
AMANDO DE MIGUEL
Sociólogo
«Aquí no dimite nunca nadie»
Es una constante en la manera que tenemos de entender la política en España que aquí no dimite nunca nadie por nada. Las dimisiones son típicas en otros países que consideran la política como un servicio a la sociedad, pero no es nuestro caso lamentablemente. Es algo más común en los países anglosajones. En España, sin embargo, nuestro políticos no dimiten ni siquiera aunque haya un caso de antropofagia. Es muy improbable que se produzcan dimisiones después de las elecciones del 10 de noviembre. El único caso que puede escaparse a esta predicción es Ciudadanos porque tiene un claro sucesor (Inés Arrimadas) que viene con fuerza pero en cualquier caso debería producirse un resultado electoral realmente catastrófico. Además yo no creo que los candidatos deban necesariamente dimitir. No está en nuestra axiología política. Lo que sí que puede producirse es que te echen en tu partido. El verbo dimitir no se conjuga en primera persona. El verbo cesar, que quiere con el diccionario en la mano significa dimitir, ahora ya nadie lo utiliza en este sentido.
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