Zarzuela quiere que el discurso de Felipe VI en la ONU sea su espaldarazo internacional

No habrá momento más propicio para presentarse al planeta como el nuevo Rey de España que en la apertura de Sesiones de Naciones Unidas del próximo mes de septiembre: Felipe VI, ante el resto de mandatarios y representantes de los 193 países miembros, pronunciará su primer discurso a nivel mundial. Y no viajará solo: según informan fuentes de la Casa del Rey, Don Felipe irá acompañado de Doña Letizia.

A falta de cerrar el programa, Zarzuela trabaja para que no haya ningún fallo en la «puesta de largo» de Don Felipe. Según informan fuentes próximas al Monarca, para la Corona es muy importante este viaje, ya que es el que más repercusión internacional tendrá en sus primeros pasos de reinado. Tal y como explican fuentes de las Naciones Unidas, el día en que los Reyes lleguen habrá una recepción en el hotel Waldorf Astoria, en la que el presidente de Estados Unidos y su mujer, Michel Obama –junto con sus hijas–, harán el tradicional posado con cada uno de los mandatarios y responsables políticos de los países miembros. Es decir, el encuentro de los Reyes de España y el matrimonio Obama quedará inmortalizado por un único fotógrafo, el de la Casablanca, y se colgará posteriormente en la página web del Gobierno estadounidense. En ese momento, apenas tendrán ocasión de intercambiar unas palabras de cortesía, ya que los anfitriones tendrán que hacer lo propio con el resto. Después está previsto, pero aún sin cerrar, que los Reyes ofrezcan una recepción en otro hotel, al igual que hacen de forma independiente el resto de los jefes de Estado. La oportunidad del Rey de mantener unas palabras con el presidente de Estados Unidos será al día siguiente. Antes de que comience la apertura de sesiones de la ONU, se celebrará un desayuno en la sede de las Naciones Unidas. Según estiman las fuentes de la organización internacional, el tiempo máximo del que dispondrá el Rey para conversar con Obama sería de 15 minutos. Las intenciones de entendimiento del presidente de Estados Unidos con el recién nombrado Jefe de Estado las evidenció el día de su proclamación, en el que emitió un mensaje de felicitación dirigido al nuevo Rey, y manifestó su deseo de «trabajar estrechamente» para continuar fortaleciendo la relación de ambas naciones.

En 2013 y 2012 fue Mariano Rajoy quien representó a España, y en su «declaración de intenciones» denunció sin rodeos la situación que vive España con el «anacronismo de Gibraltar». En esta ocasión, el que vaya el Rey tiene doble trascendencia: independientemente de que sea su más destacado «debut» internacional inmediato y exponga los intereses transfronterizos que son prioridad para España, nuestro país puja por un claro objetivo: conseguir su ansiado puesto de miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, durante el periodo 2015-16. Teniendo en cuenta que en octubre se realizará la votación que se decantará por España, Turquía o Nueva Zelanda, los encuentros bilaterales que mantenga no sólo Felipe VI, sino también la delegación española no serán decisivos, pero sí influirán en la decisión final. Paralelamente a esta cita internacional, tendrá lugar la Cumbre Internacional sobre Cambio Climático que se celebrará el día 23.

Agenda paralela

El que los cónyuges acompañen a los mandatarios internacionales es opcional. Este año, Doña Letizia sí estará en el grupo de «primeras damas», que no asistirán a las jornadas de la sede de las Naciones Unidas. Según informan, tendrán una agenda paralela que todavía no está cerrada, y existe la posibilidad de que la Reina coincida con la mujer del presidente de la primera potencia mundial en los actos que desarrollen.

Felipe VI tomará así el relevo de Don Juan Carlos en esta cita internacional como máxima representación del país. Su padre ya encabezó la delegación de nuestro país en los años 1986, 1991 y 2005. Este último año, el entonces Jefe de Estado apostó por potenciar la organización internacional, a la que consideró el «más poderoso instrumento de multilateralismo» al servicio de la seguridad. Precisamente, y casi dos lustros después, España se la juega para volver a adquirir peso en ese terreno en las Naciones Unidas.