Al Qaeda
Al Qaeda se permite aconsejar a occidente cómo deben tratar a los ancianos
En su boletín interno, critica el trato a los mayores durante el coronavirus
La capacidad de los terroristas para sorprender a propios y extraños no tiene límites. Que una banda criminal como Al Qaeda, autora, entre otras masacres de los ataques del 11-S en estados Unidos y de los 11-M en Madrid, dé consejos de cómo hay que tratar a los ancianos y lo mal que lo hace occidente frente a las buenas costumbres de los musulmanes, no deja de ser una ironía. Como siempre, se les olvida de dar la cifra de ancianos asesinados en sus atentados.
En su publicación “One Ummah”, correspondiente a este mes, lanza un alegato contra occidente por la forma en que han sido tratados los ancianos durante el coronavirus. Se basa en declaraciones de prensa, noticias recogidas de los medios de comunicación, etcétera, frente a las que ofrece las supuestas bondades del islamismo.
“De las verdades reveladas por el Covid-19, las más impactantes se refieren a los derechos humanos en occidente frente a los valores y las normas de la sociedad en el mundo islámico”, subrayan.
“Sobre todo por el tratamiento impactante de los ancianos durante la pandemia. Los musulmanes consideran que es una prueba de Alá y un castigo por su Pecados. En cuanto a los ancianos y los pobres, el Islam los trata con gran respeto. Exige un trato decente, en especial a los ancianos. Lo hace como un reconocimiento a sus contribuciones a la sociedad en su juventud y sus esfuerzos para proporcionar educación a una generación de hombres piadosos y mujeres creyentes”.
“En cuanto a los incrédulos occidentales, les falta una educación decente a lo largo. Las líneas divinas y no están familiarizados con la ética coránica. Ven a los ancianos como seres no productivos; muchos occidentales se quejan de cómo los ancianos son una carga para el estado. Cuando la esperanza se pierde en la recuperación de los ancianos, se promueve la eutanasia”.
“La filosofía occidental ve al hombre esencialmente como herramienta productiva al servicio de la sociedad y el estado. Una vez que la productividad llega al l final, puede ser eliminada misericordiosamente para no seguir existiendo como una carga improductiva sobre el estado y la sociedad”.
Y cita el caso del coronavirus con la cita de lo ocurrido en distintos países occidentales, en los que “la sociedad ha pisoteado los derechos de los envejecidos y los dejado a merced de la pandemia”. “Nos enfrentamos con una mentalidad que considera a Covid-19 como una oportunidad significativa para nivelar el campo de juego socioeconómico”.
Los argumentos de los terroristas de Al Qaeda tienen una apariencia de bondad irrefutable y lo podrían ser si no fueran acompañados con una actividad criminal que no cesa. Cuando se arrasa un poblado de supuestos colaboracionistas con el “enemigo”, y se asesina a sus habitantes, sin distinción de sexos o edades, estos argumentos ya no valen. O cuando se lanzan aviones contra unas torres repletas de personas, incluidos ancianos: o se colocan bombas en unos trenes en los viajaban algunas personas mayores para acudir a una consulta médica, por ejemplo.
La publicidad terrorista, en especial la yihadista, es muy peligrosa ya que está diseñada para invertir la carga de la prueba y tratar de llevar al convencimiento del que la recibe que los malos son los buenos y viceversa.
En este boletín, se les ha olvidado, tal vez por falta de tiempo, dar cuenta de la muerta, en una brillante acción del Ejército francés, de uno de los cabecillas de Al Qaeda en el Sahel, Abdemalek Droukdel, alias Abu Musan Aldewadood, con muchos asesinatos a sus espaldas. El terrorista siempre narra triunfos y da consejos que después no se aplica a sí mismo.
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