Lactancia

¿Puedo beber alcohol si estoy dando el pecho?

Es la pregunta que muchas madres lactantes se hacen. La respuesta es sí pero con peros

¿Puedo beber alcohol si estoy dando el pecho?
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Esta es una pregunta que muchísimas mujeres dando el pecho se hacen. Así como en el embarazo la respuesta es un no rotundo porque no existe una medida segura, en la lactancia sí hay una medida segura. Al menos la evidencia científica es lo que dice.

Esta es una pregunta que muchísimas mujeres dando el pecho se hacen. Así como en el embarazo la respuesta es un no rotundo porque no existe una medida segura, en la lactancia sí hay una medida segura. Al menos la evidencia científica es lo que dice. Sin embargo parece que socialmente está muy mal visto que una mujer sostenga una copa de vino en la mano mientras con la otra amamanta a su bebé.

Alba Padró Arocas, asesora de lactancia de Lactaapp, recuerda lo que siempre dice el gran experto en estos temas que es el pediatra Carlos González, “el alcohol es malo, siempre y para todo el mundo pero antes de responder ante esa pregunta tan genérica habría que preguntarse tres cosas”.

La primera pregunta es ¿las mujeres embarazadas y lactantes deben beber menos que las demás? Para las primeras la respuesta en no, no deben beber una sola gota puesto que no existe una medida segura (pasa lo mismo con el tabaco) para el feto. Las consecuencias para el futuro bebé pueden ser varias, desde el síndrome de abstinencia, a malformaciones de todo tipo en el cerebro y otros órganos. En cuanto a las lactantes el asunto varía considerablemente. Una lactante sí puede beber alcohol con seguridad de que no le va a pasar a través de la leche esa cantidad al bebé. Lo que no significa que se recomiende que se haga pero por dos motivos principalmente: uno, el alcohol no es bueno para nadie y dos, se supone que una mujer lactante está a cargo de un bebé por lo tanto a mayor nivel de ingesta de alcohol, mayor riesgo de que éste sea peor cuidado con riesgo incluso de que se muera si a su madre se le cae.

Obviamente en el caso de las madres lactantes y el alcohol, cuando se habla de esto cabe esperar el sentido común. Es decir, no es lo mismo tomar dos copas de vino un día esporádicamente, que beber 7 cubatas. El alcohol es (en el caso de no estar embarazada) más peligroso a mayor ingesta. Tal y como explica el pediatra Carlos González “Según algunos estudios, si la madre consume cada día más de dos unidades de alcohol (“dos copas”), puede haber efectos perjudiciales sobre el desarrollo del bebé. Otros estudios no encuentran ese efecto. Dado lo bajos que son los niveles de alcohol en la leche, parece poco probable que los posibles efectos, caso de haberlos, se deban realmente al alcohol en la leche. Algún autor decía que podía tratarse de una asociación estadística debida al consumo de alcohol durante el embarazo. Como el alcohol es muy peligroso en el embarazo, y se sabe desde hace tiempo, y a las embarazadas alguien se lo habrá dicho, es probable que, al preguntarles para hacer el estudio, nieguen haber tomado alcohol durante el embarazo.

Pero, ¿es creíble que una mujer que toma cada día más de dos copas, haya conseguido estar nueve meses sin probar ni gota?” Puede que el niño ya nazca afectado por el alcohol, pero como la madre niega haber consumido durante el embarazo, el efecto se atribuya erróneamente a la lactancia”, explica el pediatra.


En conclusión, creo que a las madres lactantes hay que recomendarles, como a todo el mundo, que no beban; y hay que insistir, más que con otras personas, que en todo caso no pasen de dos copas al día”.

¿Qué pasa si la madre, a pesar de las recomendaciones de no beber alcohol, insistimos, no porque dé el pecho si no porque beber alcohol en sí mismo es malo, lo hace a pesar de todo? ¿Debe dejar de dar el pecho? “La respuesta es un casi rotundo no”, explica González. ¿Por qué? Pues básicamente porque es más beneficioso tomar el pecho que la leche artificial y como el nivel de alcohol que la madre ingiera no es suficiente para pasar al bebé a través de la leche, si ponderamos ambas situaciones, es preferible madre lactante que a veces toma un par de copas de vino que madre que da biberón que no toma nada de vino. Es decir, el pecho siempre es la mejor opción...incluso si la madre bebe alcohol. Carlos González explica que el “casi” es atribuible a que “si una madre está alcoholizada no podrá cuidar eficazmente de su bebé”. Aquí entra de lleno el sentido común. Todos sabemos que una mujer que se toma una o dos copas en una comida familiar y de manera esporádica no es una persona alcoholizada. De hecho si esa ingesta de alcohol, dos copas de vino o cerveza, se toman en un espacio de tiempo de, digamos, unas tres horas y comiendo, los efectos de dicho alcohol disminuyen considerablemente.

Una vez que hemos llegado a la conclusión de que sí, que se puede tomar de manera moderada, cabe hacerse otra pregunta: ¿Debo esperar después de haber tomado esa copa de vino a dar el pecho? De nuevo el pediatra da su contundente respuesta en forma de no. El profesional recuerda que “no existe ninguna evidencia científica de que haya que esperar hasta que el novel de alcohol en la sangre se haya reducido a cero.

¿Deberían las madres esperar, después de la ingestión de alcohol, un cierto número de horas antes de dar el pecho, para eliminar completamente el alcohol de la leche? Otro rotundo NO. Conozco ese nomograma canadiense que tan de moda se ha puesto. Pero lo que no demuestran sus autores, ni ningún otro, es que haya que esperar hasta que el nivel de alcohol en la sangre se haya reducido a cero. Creo que es suficiente, incluso para la madre de un recién nacido que se pasa con el alcohol con cierta frecuencia, esperar simplemente hasta que la madre se sienta despejada y no esté visiblemente ebria (en ese momento, el nivel de alcohol en sangre sería inferior a 0,15 o0,10 g por dl, 0,01 g por litro). Y en niños de varios meses de edad cuyas madres sólo se han pasado con el alcohol de forma muy esporádica, digamos en nochevieja, creo que ni siquiera habría que esperar tanto. Es decir, no me asusta lo más mínimo que un bebé tome cada varios meses 50 o 100 ml de leche materna con una concentración de alcohol de 0,2 o 0,3 g por dl, lo que ya es estar (la madre) como una cuba, pero para el niño es una cantidad ridícula”, explica.


Creo que en un caso así, el peligro de que a la madre se le caiga el niño de los brazos es mayor que el peligro del alcohol en su leche. Creo que ese consejo de esperar hasta que el nivel de alcohol ha bajado a cero no sólo es innecesario, sino muy peligroso. Porque a la que te has pasado un poco, parece que tienes que esperar seis, ocho, doce horas para dar el pecho. O más. Y, durante ese tiempo, ¿qué se hace con el niño? ¿Está en ayunas? ¿Le dan un biberón de leche artificial? Ambas opciones me parecen bastante menos recomendables que un poco de alcohol en la leche”.

Conclusiones finales:

-En el embarazo no existe medida segura para el alcohol, por lo tanto no bebas.

-El alcohol es siempre malo para todo el mundo, hombre, mujer, independientemente de si da o no el pecho.

-Si das el pecho y quieres tomar alcohol, puedes. Eso sí, asegúrate de tomar una medida que se adapte a tu tolerancia si después te quieres hacer cargo del bebé. Hay personas que con dos copas de vino están ebrias y otras que no les afecta lo más mínimo. Tiene que ver con la propia tolerancia de cada uno, del peso y de si es una persona bebedora habitualmente.

-Si te has pasado con el alcohol, no debes dejar de dar el pecho. Eso sí, jamás deberás hacerte cargo del bebé tu sola o, por ejemplo, dormir con él puesto que podrías aplastarlo.