Moda
¿Sabes la composición de la ropa que usas?
Es fácil reconocer las fibras naturales (lana, alpaca, algodón, lino, etc.) pero también existe la fibra artificial y la sintética
“A veces lo barato sale caro” y es que comprar una camisa con materiales de calidad puede significar que esta dure veinte años, mientras que otra, mucho más barata y de peor calidad, nos dure tan solo uno.
Muchas veces nos preguntamos por qué algunas prendas de ropa cuesta mucho más en unos sitios que otros. Es verdad que a veces una marca muy conocida puede justificar, por sus gastos en marketing y publicidad, un precio más elevado porque ha logrado una mayor reputación y un deseo en el cliente de poseer esa marca. Pero generalmente cuando dos prendas iguales, pongamos por caso, dos camisas, tienen una diferencia grande, generalmente es porque la que cuesta más dinero, contiende materiales de mejor calidad y, por tanto, más caros y, además, una mejor confección. De sobras es sabido el refrán de nuestras abuelas que dice: “A veces lo barato sale caro” y es que comprar una camisa con materiales de calidad puede significar que esta dure veinte años, mientras que otra, mucho más barata y de peor calidad, nos dure tan solo uno.
Las fibras naturales de algodón, lino y la lana se obtienen directamente de la naturaleza. El algodón es la fibra vegetal de mayor uso. Su calidad depende de su finura, pureza, brillo, color y longitud; en función de éstas varía la calidad del hilo que se obtiene afectando igualmente al precio del mismo. Por ejemplo, 5 cm de longitud de fibra es el que se utiliza en camisas, y es la que proporciona una correcta transpiración del cuerpo, siendo especialmente adecuadas para el calor. La tienda La Pinta Moda, tienda online de camisas masculinas, nos lo explica.
Fibra artificial:
Rayón, viscosa, el modal o el Lyocell.
Suelen mantener muchas de las ventajas de las fibras naturales. Son más fáciles de teñir y permiten más variedad a la hora de contar con diferentes tipos de acabados. Se obtienen a partir de materias primas naturales, siendo la principal, la celulosa. La más conocida es el rayón o viscosa. La mayoría de los forros de las prendas están confeccionados con rayón por lo que hay que tener cuidado al lavarlo en casa y seguir siempre las instrucciones del fabricante. Se arruga con facilidad, no es especialmente transpirable y no tiene la capacidad de absorción que tiene el algodón. Poseen propiedades semejantes a las naturales, y pueden obtenerse a partir de proteínas vegetales presentes en determinadas plantas (cacahuete, soja o maíz).
Fibra sintética:
Son el poliéster, el acrílico o el tergal.
Las fibras sintéticas se elaboran a partir de materias primas que se encuentran con facilidad y a bajo coste: carbón, alquitrán, amoniaco y petróleo. Las operaciones químicas realizadas con estos materiales permiten obtener resinas sintéticas que tras su hilado resultan elásticas, ligeras, muy resistentes y baratas para el consumidor. Pero su composición anula la capacidad de transpiración y pueden producir, al usarlas, sudoración, sensación de calor y retención de olor (¡una bomba en verano!). Además del propio olor que suele desprender la prenda debido a su composición. Para hacernos una idea es como si fuéramos “forrados con plástico”.
Es por ello que ‘en La Pinta Moda recomendamos las prendas ricas en fibras naturales y según qué prendas una mezcla con las artificiales. Por ejemplo unos pantalones chinos para caballero que gracias al elastano se moldean, arrugan menos y se adaptan mejor al cuerpo’, explican.
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