Familia
Sologamia: el arte de comprometerse con uno mismo en tiempos de cambio
Para muchas personas, la plenitud ya no se mide por la pareja, los hijos o la estabilidad financiera, sino por el equilibrio interior
En un mundo donde los modelos tradicionales de vida están siendo cuestionados, la sologamia —o el acto de casarse con uno mismo— está emergiendo como una forma radical de autoafirmación. No se trata de rechazar el amor romántico, sino de colocarse a uno mismo en el centro de su propia narrativa.
Vivimos tiempos en los que la individualidad se revaloriza. La presión por tener pareja, formar una familia “a tiempo” o cumplir ciertos hitos sociales ha empezado a perder peso frente a conceptos como el autocuidado, la salud mental y la autonomía emocional. En este contexto, la sologamia no solo es una ceremonia simbólica: es una declaración consciente de amor y respeto propio.
La sologamia puede celebrarse como una boda tradicional, con vestido blanco, anillo y votos... pero con un único protagonista: tú. Algunos optan por celebraciones íntimas; otros hacen fiestas completas con amigos y familia. Lo importante no es la forma, sino el fondo: se trata de reconocerte, aceptarte y comprometerte contigo en cuerpo y alma.
Aunque no tiene validez legal, esta práctica tiene una fuerza emocional profunda. Es decirte a ti mismo: “me tengo, me cuido, me elijo.”
Una respuesta simbólica a una sociedad en transformación
Los modelos de éxito están cambiando. Para muchas personas, la plenitud ya no se mide por la pareja, los hijos o la estabilidad financiera, sino por el equilibrio interior. En ese camino, la sologamia puede funcionar como un rito de paso, un cierre de ciclo o un comienzo renovado.
En una era donde la soledad ha sido tema de conversación global —especialmente tras eventos como la pandemia—, la sologamia ofrece una mirada distinta: no como ausencia de compañía, sino como presencia plena de uno mismo.
Beneficios de la sologamia: más allá del acto
1. Amor propio fortalecido
Casarte contigo es una forma de recordarte que tu relación contigo mismo es la más duradera e importante de tu vida.
2. Empoderamiento personal
La sologamia es un grito silencioso: no necesito cumplir con el guion social para sentirme completa o completo.
3. Conciencia emocional
Al escribir tus votos a ti mismo, reflexionas sobre quién eres, qué has superado y hacia dónde quieres ir. No hay mayor sinceridad que esa.
4. Celebración de tu historia
Esta práctica también honra tu recorrido vital. Es una oportunidad para agradecerte todo lo que has pasado, incluso lo difícil.
5. Libertad de redefinir el amor
La sologamia invita a ampliar la visión del amor. El amor no solo se da hacia afuera. También puede y debe empezar por dentro.
¿Quién elige la sologamia? ¿Y por qué?
No hay un perfil único. Puede ser alguien que ha salido de una relación larga, alguien que ha trabajado mucho en su crecimiento personal, o simplemente una persona que quiere hacer un gesto de compromiso con su bienestar emocional.
Es también una forma de responder al ritmo frenético de la vida moderna con una pausa simbólica: parar, mirar hacia adentro y decirse con firmeza: “Estoy aquí para mí.”
¿Y si el verdadero compromiso empieza contigo?
La sologamia no es una moda ni un acto narcisista, como algunos podrían pensar. Es, en realidad, un gesto profundamente humano. En una sociedad en constante transformación, donde aprender a estar solo es casi un acto revolucionario, casarte contigo mismo puede ser el inicio de una relación mucho más honesta con el mundo. Porque solo cuando aprendes a amarte sin condiciones, estás listo para amar —o no amar— a otros desde la libertad, no desde la necesidad.