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Árbitra, 18 años, opositora a Policía Nacional y víctima de unos padres ultras

«Zorra», «puta», «vete a fregar» o «te han sacado de Apascovi», fueron algunos de los insultos que recibió en un partido de juveniles Alexandra García por parte de los padres que asistieron. «No lo recogí en el acta por que no llegué a escuchar el alcance de los insultos»

El pasado fin de semana el fútbol español vivía otro episodio más de una de sus mayores lacras. Alexandra García, de 18 años, y árbitra de categorías inferiores, fue objeto de insultos como «zorra», «puta», «eres una mierda», «vete a fregar» o «te han sacado de Apascovi» (fundación comprometida con los discapacitados), en el partido de juveniles que dirigía entre la Unión Deportiva de San Lorenzo del Escorial y el CUC de Collado Villalba. Los padres de los jugadores no dejaron de atacarla hasta que su madre -Mercedes Núño, concejala de Ciudadanos en Galapagar- estalló reconociendo que a la joven a la que insultaban sin piedad era su hija. También recogió lo sucedido a través de un tuit, que poco tardó en viralizarse y en provocar la reacción del líder de su partido en Madrid, Ignacio Aguado, que denunció los hechos. Sin embargo, el acta de Alexandra no recoge los graves improperios de los que fue víctima: «Sabía que estaban protestando pero no llegaba a entender el alcance de los insultos. Los jugadores, como es habitual, se quejaron de alguna decisión, pero nunca llegaron a perder el control». Ella es la primera sorprendida por tal repercusión: «No esperaba esto. Imaginaba que todo se quedaría a nivel local, pero me alegro mucho de que se haya denunciado tanto, no sólo por mí sino por todos los demás compañeros». Fuera de los terrenos de juego Alexandra estudia para opositar a Policía Nacional. «Parece que vivo obsesionada con que se cumplan las normas», reconoce riéndose.

Más allá de su condición de árbitro, Alexandra conoce perfectamente la tensión que pueden alcanzar los jugadores en este deporte: «Llevo jugando al fútbol toda mi vida, primero en un pueblo de Zaragoza (Quinto del Ebro) y después en Galapagar y Torrelodones cuando nos mudamos a Madrid, por eso comprendo que los jugadores o el público puedan perder un poco las formas, pero evidentemente el otro día se sobrepasaron todos los límites». Fue en su último equipo, el Torrelodones, donde decidió comenzar en el arbitraje: «El club promocionaba un curso y decidí apuntarme. Llevaba mucho queriendo hacerlo porque te permite vivir el fútbol de una forma muy distinta». Este ya es el segundo año que pita y reconoce que «nunca he vivido algo parecido a lo del otro día».

A pesar de que los insultos que recibió tienen un evidente contenido machista, ella misma reconoce que en esencia es un problema de falta de respeto hacia la labor del árbitro: «En este caso aprovecharon el mero hecho de ser mujer para intentar descalificarme, pero todos los árbitros hombres y mujeres podemos ser víctima de estos ataques. Creo que habría que ser más contundentes y no tener miedo a parar un partido. Debemos avanzar al mismo ritmo que se está haciendo contra el racismo».

Denunciado este lamentable suceso Alexandra, que también se alegra de que la huelga de sus compañeras de la Liga Iberdrola haya surtido efecto, no duda en seguir dictando el reglamento por los campos de fútbol madrileño desde esta misma jornada.