Fútbol
El Madrid cree hasta el final en Valencia (1-1)
Un gol de Benzema en el minuto 95 empató el gol de Carlos Soler
Subió Courtois a rematar el último córner porque la vida hay que defenderla hasta el último segundo, hasta cuando se cree que no se puede más. Benzema había hecho la mejor jugada de un Real Madrid que se apagaba, pero por un milímetro, no pudo rematar bien y la pelota acabó en saque de esquina para un Real Madrid que se había ido apagando según pasaban los minutos. El portero belga destacaba entre todos, por su uniforme distinto y por altura. No cabía un alma en el área del Valencia, todos menos Kroos, el que sabaca, ahí metidos porque había que llegar al Camp Nou en igualdad de condiciones y empezar a jugarse la Liga cara a cara con el Barcelona. Era una cuestión de orgullo.
Sacó Kroos, con precisión milimétrica y la altura y la fe de Courtois hicieron el resto. Remató el portero entre la marabunta y no fue gol por muy poco, pero el rechace quedó a Benzema, porque ahora sí es un delantero al que le que llegan los balones en el centro del área y remató fuerte, sin sutilezas ni dudas.
El Real Madrid llegará al Camp Nou igualado a puntos con el Barcelona, lo que era fundamental. Tras el empate en Anoeta de los de Valverde, el plan era aterrizar en el Clásico por encima o igualado. Era una cuestión de ego, de moral, de plantarse allí sin ningún complejo. Zidane no lo dijo públicamente aunque pensaba tanto en el choque de Valencia como en el del miércoles. Por eso Casemiro no fue titular, en una decisión, como poco controvertida.
El futbolista que más minutos ha sumado en lo que llevamos de temporada no salió de titular en Mestalla, un campo donde estaba claro que se iba a sufrir, pero Zidane decidió que Casemiro descansara. Jugó contra el Brujas y como se temía, lo hizo porque no entraba en los planes para el choque de Mestalla. Quizá el francés pensó que era demasiada tralla.
Con Valverde haciendo de Casemiro y Kroos y Modric a su lado, el equipo de verde otra vez, empezó con la convicción de quien sabía que el choque era, simbólicamente, muy importante. Salió a por el partido, llegando por la derecha y por el centro, con Modric creando y desbordando al Valencia, que no esperaba un rival con tanta energía. Tuvo un par de ocasiones sin ningún resultado. No es fácil desbordar a este Valencia y durante media hora, el Real Madrid le sometió. Le faltó un gol que pusiera el partido de su lado, pero tampoco tuvo oportunidades excesivas. Fue un Madrid aguerrido, convencido, un equipo que quería demostrar que va a por todas y que ha llegado el momento de hacerlo. Pero también un Madrid que se quedó corto.
Al principio de temporada, se criticó mucho a Hazard porque no entraba en juego y ahora que está lesionado, se le echa mucho de menos. No encuentra el equipo de Zidane un futbolista que rompa a los rivales. Isco tenía que ser el que hiciera esa función y por eso fue titular en Valencia, como media punta, pero no dejó noticias de nada. No le acompaña el duende y no pasó de un partido burocrático, como casi todos sus compañeros. También echó de menos un jugador específico en la banda izquierda. Sin Marcelo ni Mendy, Zidane sorprendió con la presencia de Nacho, que desde que se lesionó no había jugado un minuto. No le importó a Zidane, pero Nacho no está para estas batallas.
Fue un Madrid que se fue apagando frente a un Valencia iluminado, confiado y con las ideas muy claras. Supo parar el comienzo decidido del rival y después se fue haciendo con el terreno, sin prisa y sin necesitar la pelota. Excepto la primera media hora, el conjunto de Celades tuvo el partido donde quería: el balón para el rival, cais siempre muy lejos de la portería. Aceleró dos veces el equipo local: la primera, la salvó Courtois con una salida tapando toda la portería posible; la segunda fue el gol. No necesitó más el Valencia en ataque, mientras en defensa, con mucho orden, cegó al rival.
Hasta el final, hasta que subió Courtois.
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