Historia

Así es el proyecto que conserva más de 3.000 petroglifos en Galicia

Esta iniciativa guarda una herencia prehistórica de incalculable valor cultural y científico

Así es el proyecto que conserva más de 3.000 petroglifos de Galicia
Así es el proyecto que conserva más de 3.000 petroglifos de GaliciaParque Compostela Rupestre

Los petroglifos, cuyo nombre proviene de los términos griegos petros (piedra) y glyphein (tallar), representan una de las primeras manifestaciones gráficas de la humanidad. Estas insculturas rupestres al aire libre, esculpidas con una compleja simbología, están consideradas como los primeros vestigios de la escritura. En Galicia, la mayor parte de estos grabados se sitúa en la Edad de Bronce, coincidiendo con los inicios de la fundición del cobre y el estaño.

El territorio que se extiende entre los valles del Ulla y la Maía (abarcando los municipios de Ames, Brión, Santiago, Teo y Val do Dubra) alberga cerca de 120 estaciones rupestres. Estos petroglifos exhiben una enorme variedad de formas, desde representaciones de animales y armas hasta complejos laberintos y cruces. Su ubicación, normalmente en las laderas de pequeños cerros o en altos de montaña, ofrece un dominio visual privilegiado del entorno.

Figura antropomorfa
Figura antropomorfaColectivo A Rula

El hallazgo de muchos de estos grabados se produjo en 2016, tras un incendio que arrasó más de 21 hectáreas del Monte de San Miguel. El fuego, aunque trágico para el ecosistema, reveló un legado oculto bajo la vegetación, impulsando la creación del Parque Compostela Rupestre: un convenio intermunicipal dedicado a investigar, conservar y divulgar este tesoro patrimonial.

Galicia cuenta en la actualidad con más de 3.400 petroglifos catalogados, tanto de época prehistórica como histórica. El área de Compostela Rupestre destaca como una de las zonas más prolíficas, con descubrimientos que no cesan año tras año. Los grabados prehistóricos, realizados hace unos 4.000 años, muestran círculos, cazoletas, espirales y armas, mientras que las representaciones de animales, como ciervos y caballos, son mucho menos frecuentes.

Representación de un ciervo con cornamenta
Representación de un ciervo con cornamentaParque Compostela Rupestre

La ejecución de los petroglifos prehistóricos implicaba el uso de herramientas de piedra, especialmente seixos (cantos rodados de cuarzo), aplicando técnicas de picado y abrasado para lograr las formas deseadas. Los grabados históricos, en cambio, fueron realizados con instrumentos metálicos como picos y cinceles de hierro, lo que se refleja en la morfología de los surcos.

Estos vestigios no documentan la vida cotidiana de sus autores, sino actividades de prestigio como la caza, la guerra o la monta a caballo, propias de las élites de la época. Por otro lado, los grabados más recientes (cruces, marcas de cantero, tableros de juego o enterramientos rupestres) reflejan usos medievales y modernos menos estudiados.