
Gastronomía
Galicia ya se prepara para la fiesta que homenajea a un manjar de 400 millones de años
El cartel “Raíña da festa” otorga un papel preponderante a este pescado, unido a la historia de la villa desde sus orígenes

El relato de Galicia podría ser, de modo breve y resumido, el de sus pueblos. Ese conjunto de vecinos que, aquí y allá, se han juntado alrededor de su historia, de sus hogares, de sus huertos y ciudades, de sus mesas y también de su gastronomía, configurando pedacitos de mundo que, en ocasiones, se hacen casi universales.
Es el caso, por ejemplo, de la Fiesta de la Lamprea de Arbo, un merecido homenaje gastronómico a un manjar que suma 400 millones de años y para cuya celebración la localidad pontevedresa ha comenzado a dar ya los pasos necesarios. En este caso, con la presentación del cartel de una fiesta que tendrá lugar entre el 25 y el 27 de abril, alcanzando su LXV edición.
Para ello, el ayuntamiento ha presentado el cartel ganador, obra de Iñaki Fernandez Iturmendi, de Navarra, que se ha impuesto en el concurso con su propuesta ‘Raiña da Festa’, por delante de Cesar Núñez Núñez, de Astorga, y de Ruben Lucas García, de Murcia.
Artistas de toda España que buscan rendir homenaje a un pescado muy especial que, a lo largo de los años, ha cautivado paladares históricos como los de Álvaro Cunqueiro o Celso Emilio Ferreiro.
No en vano, la lamprea una especie de delicioso dinosaurio acuático que conforma un rincón de cultura gastronómica gallega. El pescado más primitivo y, probablemente, el más feo, cuya apariencia, un cuerpo cilíndrico sin escamas y un color gris y amarillo, es distinta a la del resto de especies.

Su consumo, no obstante, no resulta tan antiguo como su origen. Comenzó a degustarse en la Antigua Roma, en los siglos I y II, estando considerada ya entonces como un bocado exquisito. En aquella época se empleaba también como método de tortura: se las depositaba en grandes cubos de agua en los que se introducía al preso para que le chupasen la sangre.
250 pesqueras
La lamprea se reproduce en el río, crece en el mar y vuelve al río. Ya desde antiguo, los pescadores del Miño, en la comarca de la Paradanta y más en concreto en Arbo, la capturaban gracias a las denominadas ‘pesqueras’, unas construcciones de piedra habilitadas en mitad del río que hoy se configuran como un símbolo de la cultura de esta región.
Desde Arbo y hasta el embalse de Frieira se localizan alrededor de 250 ‘pesqueras’, algunas todavía originales de la época romana. Su explotación está concesionada, heredándose de padres a hijos, estando autorizada su pesca en los primeros meses del año.
Una labor, la de la pesca, que se realiza por las noches, momento de actividad de la lamprea, que con la luz del día tiene a inmovilizarse. En cada ‘pesquera’ pueden lograrse por temporada entre 30 y 40 piezas que pesan alrededor de un kilo y de las que se aprovecha todo a excepción de la boca, la hiel y los intestinos.
El aspecto del plato con la lamprea cocinada en su sangre, que resulta la manera más popular, puede resultar poco atractivo a la vista. Pese a todo, constituye un delicioso producto gastronómico. Uno que se ha internacionalizado gracias a una de las fiestas más populares del calendario gallego.
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