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Juicio

Del “no quiso matar” a una “muerte lenta y con gran sufrimiento”

El juicio por las 47 puñaladas que acabaron con la vida de Cristina Cabo avanza en Lugo con una defensa que alude a traumas de la infancia y una acusación que subraya la “intención de causar mal”

El acusado, ayer, a su llegada a la Audiencia Provincial de Lugo. Carlos CastroEUROPAPRESS

La segunda jornada del juicio por el asesinato de Cristina Cabo Buján, la mujer lucense que recibió 47 puñaladas en su casa en diciembre de 2022, ha arrancado este martes en la Audiencia Provincial de Lugo con el testimonio de los investigadores y nuevos testigos propuestos por la defensa.

Un punto de partido que no ha hecho sino evidenciar el abismo que separa a las partes sobre lo ocurrido aquella madrugada. Mientras la defensa de José U. V., acusado de asestar esas 47 puñaladas, sostiene que fue un homicidio impulsivo sin alevosía ni ensañamiento, la acusación particular rechaza esa posibilidad y mantiene que la víctima nunca cogió el cuchillo con el que fue asesinada.

A este respecto, la abogada del acusado, Pilar Baños, ha reconocido que, si bien se trata de un “hecho trágico”, esto no significa que sea un asesinato ni tampoco que haya habido ensañamiento. Sobre esta base, ha defendido que fue un homicidio doloso, no un asesinato, y que su cliente actuó en un momento de pánico tras haber sido supuestamente amenazado por Cristina Cabo, que según su versión fue quien cogió primero el cuchillo tras una discusión.

“La víctima inició la discusión y fue a la cocina a coger el cuchillo”, reiteró la letrada. Según su relato, el acusado “entró en pánico” debido a traumas vividos en su infancia en Colombia, marcada por la pobreza, la violencia y la falta de afecto.

“Muchos chicos y chicas que crecen así terminan convirtiéndose en delincuentes”, argumentó antes de añadir que su cliente no pretendía causar un daño deliberado y que tampoco robó con violencia: “Aprovechó la oportunidad para coger los objetos cuando se marchó”.

En relación a su detención, insistió en que fue varios días después del crimen y que por eso no se constataron heridas. Además, confirmó que José U. V. será el último en declarar en la vista oral, para poder responder a todas las acusaciones que se presenten en su contra.

“Nunca cogió el cuchillo”

Frente a la versión exculpatoria de la defensa, la acusación particular, ejercida por la letrada Fernanda López, se mostró categórica: “Ella nunca cogió el cuchillo. Lo demostraremos”.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, tras una discusión en la casa de Cristina Cabo, la mujer fue a la cocina a por un cuchillo para pedirle al acusado que se marchara. Pero antes de usarlo, él se lo arrebató y la apuñaló. “Le asestó 47 puñaladas. Fue una muerte lenta y con gran sufrimiento”, indica el documento.

Fernanda López ha insistido en que no se trató de un arrebato, sino de un acto de violencia deliberada: “No había signos de defensa, él era mucho más fuerte que ella y no tenía heridas, lo que demuestra la desproporción del ataque”. A su juicio, el acusado actuó con “intención de causar mal” y sabía perfectamente lo que hacía.

Un crimen que conmocionó a Lugo

Cristina Cabo era una mujer muy conocida en Lugo, donde regentaba una tienda de productos ecológicos. Aquella noche conoció a José U. V. en un local nocturno del casco histórico y lo llevó a su casa.

Dos horas después, según la acusación, el hombre le infligió las 47 puñaladas tras una discusión. Antes de marcharse, le sustrajo el ordenador y una bicicleta. El cuerpo fue hallado al día siguiente por su hermana, preocupada al no recibir respuesta a sus llamadas.

El Ministerio Fiscal solicita para el acusado 25 años de cárcel por asesinato con alevosía y ensañamiento, más otros 5 por robo con violencia e intimidación. También reclama una indemnización de 230.000 euros para la familia de la víctima. La defensa, por su parte, pide una pena de 15 años, alegando alteración mental transitoria por consumo de drogas y alcohol, además de legítima defensa y confesión.