Durante cinco años, una vecina de Oleiros no perdió la esperanza de recuperar su reloj. Un elegante modelo de alta gama, valorado en unos 12.000 euros, que desapareció en cuestión de segundos en una escena más propia de una película de robos y de amaños: un saludo, una sonrisa y un apretón de manos.

Así, en febrero de 2020, en la zona de Santa Cruz de esta localidad coruñesa, una joven desconocida se acercó a la víctima simulando un gesto amistoso… y se marchó con el reloj sin que nadie lo advirtiera.

La Guardia Civil inició entonces una investigación que pronto comenzó a dar sus primeros frutos. Un mes después, los agentes lograron identificar a la presunta autora, una mujer joven de origen caucásico. Pero el reloj, silencioso testigo del engaño, se esfumó sin dejar rastro. Hasta ahora.

Cinco años más tarde, la cooperación internacional ha dado frutos. Gracias a la colaboración entre la Guardia Civil, Europol y la policía finlandesa, el reloj ha sido localizado en una joyería de Helsinki, a más de 3.000 kilómetros de donde fue sustraído.

La pieza, que permanecía expuesta en el escaparate, fue intervenida por las autoridades del país nórdico tras recibir el aviso de sus homólogos españoles.

Las autoridades finlandesas han abierto diligencias por un posible delito de receptación, al tratarse de un objeto robado cuya procedencia ilícita se pudo acreditar gracias al trabajo coordinado de los cuerpos policiales europeos.

Desde la Guardia Civil explican que siguen trabajando para esclarecer todos los detalles del caso y, sobre todo, para que el reloj regrese a las manos de su legítima propietaria. Una mujer que, cinco años después, está un poco más cerca de cerrar un capítulo que comenzó con un gesto aparentemente inocente y terminó cruzando las fronteras.