Sección patrocinada por sección patrocinada

Trucos

Me he pasado con la sal: ¿Cómo puedo arreglar una comida demasiado salada?

El famoso truco de la patata podría no ser tan efectivo como pensábamos. ¿Qué otras cosas puedo hacer para solucionarlo?

En la cocina hay un ingrediente que es absolutamente definitivo. Puede realzar el sabor de todo lo que estemos cocinando o bien puede arruinar el plato por completo. Y no importa si se trata de unos huevos fritos, de un chuletón, de un guiso o de algún salteado de verduras... no hay ni un solo plato en este mundo que mejore estando salado. Sin embargo, hay ocasiones en las que podemos solucionar el problema y rebajar un poco el exceso de sal.

Hay que tener mucho cuidado con la sal, porque con solo echar una pizca de más podemos arruinar un plato por completo | Fuente: Dreamstime
Hay que tener mucho cuidado con la sal, porque con solo echar una pizca de más podemos arruinar un plato por completo | Fuente: Dreamstimedreamstimedreamstime

¿Lo de la patata funciona?

La teoría y la sabiduría popular dice que agregando unos cuantos gajos de patata a un plato demasiado salado, estos absorberán el exceso de sal y corregirán el sabor del plato. Sin embargo, el científico Robert Woke, autor de “Lo que Einstein le dijo a su cocinero: la ciencia de la cocina explicada”, explicó que este milagroso truco -en realidad- no funcionaba.

Lo que ocurre es que, cuando introducimos la patata en un guiso, esta en realidad no absorbe el exceso de sal... simplemente absorbe el sabor del caldo como lo haría una esponja. Y en sus experimentos, Woke afirmó que -por más patatas que añadía- seguía probando la comida y “no hubo diferencia detectable en las concentraciones de sal antes y después de hervir a fuego lento con papas”.

No obstante, son muchas las fuentes que aseguran lo contrario. Explican que el almidón que contiene la patata sí que puede absorber la sal si se la deja en el guiso el tiempo suficiente. Además, también suelen presentarse otras alternativas a la patata que también convendría explorar, como el pan o -incluso- los palillos de madera. Pero bueno, aunque Robert Woke estuviese en lo cierto y -efectivamente- el truco de la patata no sirviese absolutamente para nada, eso no significa que no haya nada que podemos hacer. Dependiendo de la receta que estemos cocinando y de cómo interactúen los ingredientes, es posible que alguna de las siguientes soluciones pueda ayudarlo a soluciona el problema:

En primer lugar, podemos añadir un poco de zumo de limón, cuya acidez puede equilibrar un poco el sabor. También hay quien sugiere añadir una pizca de azúcar para que el dulzor compense el exceso de sal. En cualquiera de los casos, si queremos hacer la prueba debemos ser comedidos y no empeorar el plato todavía más. Es decir, que es un remedio que solo será útil cuando el error de la sal no haya sido excesivo.

La mejor situación que se nos puede presentar es que se trate de aquellas elaboraciones que contengan un poco de fumet, caldo de carne o de ave... y que todavía tengamos un poco del líquido disponible. En estos casos, lo más fácil es echarle un poco más de caldo o -incluso- sustituir por “caldo nuevo” el que está salado.

Si echamos más caldo o más agua, tenemos que preocuparnos de volver a reducirlo | Fuente: Woc StockFood
Si echamos más caldo o más agua, tenemos que preocuparnos de volver a reducirlo | Fuente: Woc StockFoodLa Razón©GTRESONLINE

Otra opción sería hacer lo propio con un poco de agua, pero eso no sería lo ideal, porque cuanto más agua echemos... más se diluirán los sabores. Y en cualquiera de los casos, al añadir el caldo o el agua, la mezcla se volverá bastante más líquida, por lo que podríamos espesarla utilizando harina fina de maíz disuelta previamente en un poco de agua fría o incluso manteca.