La microbiota intestinal, considerada como el "segundo cerebro", desempeña un papel crucial en la salud, protegiendo contra gérmenes y fortaleciendo el sistema inmunitario. Nutricionistas destacan la importancia de los prebióticos, ingredientes fermentados que favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas. A diferencia de los probióticos, los prebióticos se encuentran en alimentos como espárragos, ajo, cebolla, alcachofas, plátano, entre otros. La combinación de ambos, prebióticos y probióticos, resulta beneficiosa, ya que se potencian mutuamente.

¿Qué alimentos nutren la flora intestinal?

La presencia de oligofructosa en espárragos, ajo, cebolla, y puerro, así como de inulina en alcachofas, plátano, ajo, cebolla, puerro, trigo, avena y cebada. La fermentación de la oligofructosa en el colon ofrece efectos positivos, como el aumento de bifidobacterias, mejora en la absorción de calcio y acortamiento del tiempo de tránsito gastrointestinal. Para cuidar la microbiota, se recomienda llevar una dieta basada en alimentos vegetales no procesados, disminuir el consumo de ultraprocesados y realizar ejercicio físico con regularidad.

La microbiota influye en diversas enfermedades, desde trastornos digestivos hasta condiciones no digestivas como hipertensión y obesidad abdominal. La Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) destaca consejos clave, incluida la importancia de una dieta variada basada en alimentos vegetales, la reducción de ultraprocesados y la práctica regular de ejercicio físico. La evidencia científica también señala que el ejercicio aeróbico de intensidad moderada contribuye positivamente a la composición de la microbiota intestinal. Cuidar la microbiota se convierte así en una estrategia integral para promover la salud y prevenir diversas enfermedades.