Presentación

"Arlanza no quiere ser Ribera del Duero"

Ramiro García Arnáiz, presidente de la Denominación de Origen desde el año 2021

"Arlanza no quiere ser Ribera del Duero"
"Arlanza no quiere ser Ribera del Duero"D. O. Arlanza

"Arlanza no quiere ser Ribera del Duero". Así de contundente en búsqueda de una identidad propia se muestra Ramiro García Arnáiz, presidente de la Denominación de Origen desde 2021, en la presentación en Madrid de los nuevos vinos y añadas de la D. O. Y tras presentar productos de las distintas bodegas recordó cómo a partir de 1950 se produjo un fuerte éxodo rural en la Comarca del Arlanza (al igual que en otras zonas) debido a la gran expansión industrial que demandaba abundante mano de obra. Esta fue absorbida de las zonas agrarias que no podían competir con los suelos ni las condiciones de vida de las áreas industriales. Esta falta de mano de obra, unida a la estructura de los viñedos, que en su mayoría estaba formada por parcelas muy pequeñas, marcos de plantación que imposibilitaban la utilización de maquinaria, variedades dispares y poco adaptadas, etc. obligó al abandono paulatino de los mismos, a la vez que hizo que los agricultores fueran pasándose al cultivo del cereal, mucho más protegido en aquella época. En 1995 un grupo de entusiastas del vino deciden realizar las acciones necesarias para recuperar la tradición vitiviní­cola del Arlanza. Sus esfuerzos se ven recompensados con el reconocimiento por parte de la Junta de Castilla y León de la mención "Vino de la Tierra Ribera del Arlanza". A partir de ese momento se comienza a trabajar para recuperar el esplendor del sector vitiviní­cola de la zona. Para ello se controlan las producciones y elaboraciones a la vez que se dan a conocer los productos elaborados bajo el sello de protección. Fruto del trabajo bien hecho y de un reconocimiento creciente por parte del consumidor en 2007 se obtiene el reconocimiento de la Denominación de Origen Arlanza.

El vino tinto es un tipo de vino procedente mayormente de mostos de uvas tintas, con la elaboración pertinente para conseguir la difusión de la materia colorante que contienen los hollejos de la uva. En función del tiempo de envejecimiento que se realice en la barrica y en la botella, pueden obtenerse vinos jóvenes, crianzas, reservas o grandes reservas.

El tinto es elaborado a partir de las diferentes variedades de tintas con un mínimo del 50% de la variedad Tinta del País, y con variedades autorizadas: Garnacha, Mencía, Cabernet Sauvignón, Merlot y Petit Verdot.

El blanco: cuando se presenta como un vino joven realizado con fermentación controlada es un vino blanco con algo de cuerpo, glicérido, muy aromático y con un alto índice de azúcar. También se someten a crianza en barrica de roble o a fermentación en dichas barricas, dando lugar a vinos muy particulares y de buena aceptación en el mercado. Como contrapunto, destaca su baja acidez y su tendencia a oxidarse en botella, por lo que se recomienda su consumo en enero y junio, que es cuando la uva tiene su mejor momento. Variedades autorizadas: Albillo y Viura.

El buen rosado resulta el vino más versátil, ya sea para tomar una copa o como excelente compañero de todo tipo de gastronomía. Conquista así el lugar que le corresponde entre los espumosos naturales, blancos, tintos y dulces. Es elaborado a partir de las variedades tintas y blancas con un mínimo del 50% de la variedad Tinta del País.