Isa Pantoja utiliza a Dulce para humillar a su madre

Le ha devuelto la “pelota” a su madre. Isa P. ha respondido a Isabel Pantoja después de que esta colgase en redes sociales unas fotos con Omar Montes el día de Navidad. Su polémica hija adoptiva ha hecho lo propio con unas imágenes de la noche de Fin de Año en las que aparece la intermitente niñera de su hijo, Dulce Delapiedra. La tonadillera y la que fuera su empleada en “Cantora” son enemigas irreconciliables, no se pueden ni ver y se esquivan totalmente en celebraciones familiares. De hecho en esa reuniones si la una iba, la otra se quedaba en casa.

Parece como si hispanoperuana tuviera clarísima su elección emocional. Ignora prácticamente a su mamá y opta por demostrar públicamente sus afectos por una Dulce que, al contrario que la Pantoja, se ha explayado en unos cuantos programas televisivos sobre su mala sintonía con su ex jefa. A la “niña” de la casa le ha importado nada y menos que su madre le pidiera que apartara a la niñera de su lado, habida cuenta de los desencuentros. Isa antepone en su vida la presencia de su amiga a la materna.

Isabel calla, pero no olvida. Su venganza se cuece lenta pero afectiva. Sabe perfectamente lo mucho que a su hija le duele la presencia de Omar Montes en la finca familiar. Ya lo hizo patente la antaño Chabelita al encontrarse con el cantante en la fiesta de cumpleaños de la tonadillera el pasado agosto. Lo vio como una ofensa y una traición. Desde entonces, madre e hija no se hablan. Su relación, se dice, es inexistente, aparte de que Asraf Beno, el novio de Isa, no conectó bien desde el primer momento con su suegra.

Ya veremos si, como se rumorea, la boda entre Isa y Asraf se celebra este año. Por lo menos, es lo que ha dado a entender ella. En el caso de que tenga lugar ese enlace mucho tienen que cambiar las cosas para que Isabel Pantoja haga acto de presencia, por mucho que la novia sea su hija.

Tampoco se espera que Kiko Rivera se convierta en hermano-padrino. Al final, la novia tendrá que echar mano a alguien de fuera de su familia porque no tiene, prácticamente, lazos afectivos dentro de ella. En este sentido me recuerda a una Rocío Carrasco que se encontró con que a su boda con Fidel Albiac tan solo acudieron su prima Chayo y uno de los hermanos de su difunto padre, Pedro Carrasco.