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Que el pulso entre Margarita y Fernando sea en la pista central del circo
Antes de decidir si elige definitivamente a Iceta como profesor de sardanas para la campaña electoral, Salvador Illa quiere pasarse un momentito por Israel, cuentan, para averiguar si lo de la vacunación rápida (150.000 pinchazos diarios) tiene algo que ver operativamente con el Mossad o con la Boticaria García de allí. Lo del Mossad se lo insinuó Marlaska durante una tregua en la guerra de celos que sostiene con Margarita Robles, la ministra de Defensa. Leo que la guerra o el pulso entre ambos viene de lejos: según los jueces y fiscales que les conocen, «no se soportan». De ello deduzco que en los tiempos juveniles, aquellos llenos de dudas sobre sexo, mentiras y cintas de video, el entonces magistrado nunca le cantó a la entonces magistrada aquello tan bonito de «Margarita se llama mi amor...», ni tan siquiera como galantería de tuno con pandereta en sábado noche. De acuerdo, ella no es Margarita Rodríguez Garcés, ni tampoco una chica pum al estilo Yolanda Díaz, pero lo del calibre 183 le viene que ni pintado a una ministra de Defensa. Ideal total, tía, diría Irene Montero. Como el personal se ha quedado un tanto frío por la Filomena, para calentar el ambiente convendría, y así se solicita, que el pulso entre Margarita y Fernando se celebre en la pista central del circo. Es más, se podría montar un cartel de pulsos espectacular si luego se ofrecieran, en programa doble, los de Pablo Iglesias/Nadia Calviño y Yolanda Díaz/José Luis Escrivá. Ahí es nada. Más adelante se podrían ofrecer otros: Irene Montero/ Carmen Calvo, Yolanda Díaz/ Nadia Calviño, María Jesús Montero/Alberto Garzón y Lola Delgado/ Juan Carlos Campo. Y aún daría para muchos más, porque este Gobierno está aún en el epicentro de su borrasca. El subcampeón mundial de pulsos, Juan Pedro de la Torre, dice que la clave está en poseer dedos fuertes que permitan doblar la muñeca del contrario. Añade que una mano dominante es fundamental, no la tableta tipo Beckham o los bíceps a lo Stallone. Parece que Margarita entrena su mano dominante, la derecha, en el gimnasio de la UME, y que Marlaska no tiene como algunos creen una muñeca de cristal o vestida de azul, con su camisita y su canesú. Se admiten apuestas.
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