Opinión

Los sábados de Lomana: ¿Por qué no se puede debatir sobre el aborto?

Carmen Lomana con los botines cowboy más cómodos y elegantes.
Carmen Lomana con los botines cowboy más cómodos y elegantes.GTRES

Lo que hemos visto esta semana con respecto a la sobredimensionada polémica sobre el aborto en Castilla León me ha parecido, una vez más, un disparate. El PSOE y sus compinches están frotándose las manos con un cinismo y una falta de vergüenza que asusta. A García Gallardo (VOX) se le ocurrió la terrible idea, según el PSOE y PP, de sugerir, que no imponer, a las mujeres que vayan a una consulta médica de la Seguridad Social para abortar, comentar en un acto de reflexión si estaban seguras. También si deseaban escuchar los latidos del corazón de ese ser humano que estaba creciendo en ellas.

A partir de esa idea, que no era un Real Decreto, los socialistas reaccionaron en tromba de una forma tan vergonzosa que hasta hablaban del 155 para Castilla y León. Este Gobierno se dedica a aprobar leyes a favor de los «malos» -ya van 200 y pico violadores con el ‘si es sí’ en la calle-, se puede malversar, organizar golpes de Estado en Cataluña con el dinero de todos, pero cuidadito con nombrar una idea que no le guste. Aquí hay que prohibir todo lo que no esté de acuerdo con las doctrinas fascistoides de Pedro Sánchez y sus socios. El aborto, por su gran dimensión moral, es muy difícil de tratar por un partido que quiere «estar en misa y repicando las campanas». El PP se ha quedado atrapado en esta cuestión que parece resultar muy antipática. Cualquier decisión que adopte al respecto le puede costar votos. Por un lado o por otro. No saben como salir de algo bastante inocuo como un protocolo sanitario.

Londres y el aborto

He vivido años en Londres, era muy joven, y he visto desfiles de españolas que llegaban para abortar. Y pretendían quedarse en mi casa. Acogí a alguna y les puedo asegurar que no es un plato de gusto para una mujer para la que en esa época le resultaba muy difícil encontrar anticonceptivos. Les digo esto porque acompañé a alguna amiga. Lo que tanto están criticando era un protocolo habitual que siempre se ponía en marcha. Se hablaba con mucha humanidad y delicadeza de los motivos por los que se había tomado esa decisión, también preguntaban quién era el padre y si él estaba de acuerdo, tenían una charla con un psicólogo y después de esto se ratificaba ya de forma definitiva la decisión de la mujer y el día y hora en que se haría la intervención. A eso le llamo yo humanidad y moral, después cada una allá con su conciencia.

Se habla mucho de salud y bienestar animal, y estoy de acuerdo, pero se desprecia la vida del nonato frivolizando como si el aborto fuese un anticonceptivo más. ¿El PP ha perdido la iniciativa, se ha bloqueado y ha dejado a Sánchez llevar las riendas? A ninguno parecen importarle las mujeres de Castilla y León, su angustia, su drama por los hijos no deseados. No se preocupan de cómo ayudarlas para que no aborten, que es lo que deberían hacer los Gobiernos y ese terrible y ridículo Ministerio de igualdad con su patética Secretaria de Estado, que está tomando a chirigota los excarcelamientos de violadores y no son capaces de pedir disculpas por este despropósito de legislación que tanto daño hace.