Londres
«Amy murió de bulimia»
El hermano de la diva del soul asegura que falleció debido a su desorden alimentario
El nombre de Amy Winehouse siempre será sinónimo de talento y tragedia. Y en la vida de la diva del soul hay objetos peculiares que representan tanto un aspecto como el otro. Dos trazos, al fin y al cabo, de una carrera y una historia personal marcada siempre por los extremos. Pero, entre todas las piezas, Alex se queda con un jersey azul. Era parte del uniforme que la cantante llevó durante sus años como estudiante en el colegio de Primaria de Osidge. El hermano mayor de la primera artista británica en ganar durante una sola noche cinco Grammys fue el encargado de recoger todas sus pertenencias aquel julio de 2011, cuando el cuerpo de la joven fue hallado sin vida en su casa de Camden. Tan sólo tenía 27 años. Alex jamás hubiera imaginado que Amy guardaba con tanto cariño aquel jersey. La prenda será uno de los objetos personales que ahora se exhiben en una exposición dedicada a la intérprete bajo el título: «Retrato familiar». La muestra, que abrirá sus puertas el 3 de julio en el museo judío de Londres, está organizada por la fundación que sus padres presentaron tras su muerte para prevenir a los jóvenes de las drogas y el alcohol. Siempre se pensó que la voz de la cantante desapareció para siempre debido al abuso de estas sustancias. Pero su hermano revela ahora que fue la bulimia la que acabó con su vida.
Demasiado débil
En una entrevista concedida ayer al dominical «The Observer», Alex Winehouse –quien dice que Amy era una persona «muy buena en algunas cosas y horrible en otras, pero ante todo leal, muy leal»– explica que el fin de su hermana fue debido a un desorden alimenticio y no a sus adicciones. «Durante toda su vida llevó una larga batalla contra la bulimia, una enfermedad que la dejó débil», señala. «Seguramente ella habría muerto tarde o temprano por el tipo de vida que llevaba, pero lo que realmente acabó con ella hace dos años fue la bulimia», recalca.
Los resultados de la autopsia revelaron que la artista tenía 416 miligramos de alcohol por decilitro en sangre, es decir, más de cinco veces el límite de alcoholemia legal permitido y la cantidad suficiente para entrar en un estado de coma y deprimir el sistema respiratorio. Con todo, su hermano defiende que su organismo habría podido resistir de no estar tan dañado por la larga dolencia que arrastraba durante años. «Si ella no hubiera tenido un trastorno alimentario, habría estado más fuerte físicamente», dice.
Alex revela que su hermana había desarrollado bulimia en su adolescencia y nunca logró recuperarse. A los 17 años salía con un grupo de amigas y todas ellas se provocaban el vómito después de comer cantidades ingentes de alimentos. «Al final, sus amistades acabaron recuperándose, pero todos éramos conscientes de que ella lo seguía haciendo. Era imposible que se curase si no conseguía hablar de ello», explica.
El hermano de la malograda artista quiso expresar su apoyo a organizaciones benéficas que tratan estos problemas porque «nadie habla de ello». «Yo sólo quiero tratar de crear conciencia sobre la bulimia. Es un problema real y oscuro, muy oscuro», recalca. Al hablar de la exposición dedicada a la cantante, Alex también ha querido señalar que «no importa lo que pase en la vida o lo famoso que uno se convierta» porque lo realmente significativo es «de dónde vienes». «Tus orígenes son algo que no se pueden olvidar. Ella nunca lo hizo y eso nos llena de orgullo», afirma.
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