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Cayetano Martínez de Irujo: Gigoló a los 16 años
A sus 56 años, Cayetano Martínez de Irujo ha decidido dar carpetazo a los episodios más oscuros de su vida, con la publicación del libro “De Cayetana a Cayetano” (La Esfera de los Libros), en los que repasa los momentos más duros de su infancia y su juventud más salvaje, marcada por el consumo de drogas y la adicción al sexo.
A lo largo de las 300 páginas del libro, el duque de Arjona recuerda cómo se enteró de la muerte de su padre, el duque de Alba, que falleció cuando él tenía 9 años. La familia le escondió el fallecimiento durante una semana, y cuando conoció la noticia se acercó a su hermano Carlos para darle un beso, pero éste le retiró la cara. “Tanto él como Alfonso se rieron de mí. Entendí perfectamente el rechazo”, asegura el jinete para Semana.
Además, el hijo menor de Cayetana de Alba desvela que durante algunos años se refugió en la Cienciología , para intentar restablecer su salud mental, pero le costó más de dos millones de pesetas salir de la organización.
El duque asegura también que se convirtió en un obseso del sexo y que se vio presionado por su familia para salir con la infanta Elena “por patriotismo”. Perdió la cabeza por la modelo Mar Flores a quien en el libro define como “la horma de mi zapato” porque era una “mujer fría y calculadora” que le hizo padecer el sufrimiento que el había infringido a otras mujeres. Sobre su relación con Genoveva Casanova, madre de sus dos hijos, Amina y Luis, destaca que no pudo frenar la relación y que incluso a ella le fue infiel.
20.000 pesetas como ¿gigoló?
Con 16 años pasaba más de una noche fuera del Palacio de Liria y nadie le pedía explicaciones. En sus memorias, Cayetano cuenta que a esa edad salía con una mujer mayor que él a la que había conocido en el Club de Campo y cuyo marido comerciaba con diamantes y viajaba mucho. Solía darle 20.000 pesetas cada vez que quedaba con ella para que pagara en los selectos restaurantes a los que acudía, y tras salir de copas en Mau Mau, dormían juntos y el lunes ella le llevaba al colegio. “Me quedaba con el dinero sobrante”, añade el hermano del Duque de Alba.
El infierno de las drogas
Pero sin dudas el momento más duro fue su coqueteo con las drogas. a los 18 años se vio envuelto en la movida madrileña. “Salía seis días a la semana y solo descansaba el lunes. Me acerqué al mundo de las drogas y me perturbó por completo la cocaína. Padecia un problema emocional y me convertí en carne de cañón para ser prisionero de algunas sustancias”.
La hípica, su salvación
Su compañera de fiestas nocturnas no era otro que Pocholo Martínes Bordiú. Pero si algo logró que saliera de las drogas y de la noche fue su sentido de la responsabilidad como jinete. “Los caballos me salvaron. Para mí han sido mucho más que una profesión”.
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