Crítica de libros
El estremecedor relato de Rosa Benito
Nuevo capítulo impactante de «Sálvame Deluxe». Costó digerirlo. Baten su propio récord. Y estremece. Ya no sé qué nos espera tras ver a una impávida Rosa Benito describir sus recientes intentos de suicidio tras salir una noche del programa muy deprimida. Rememoró aquellas horas y las relató casi sin emocionarse, como si evocase una dominical salida al campo o la compra en un super. Parecía ya realmente distanciada de tan siniestro trance, afortunadamente sin consecuencias «porque llegó a tiempo mi hermana Geles. Se había asustando al ver que no respondía a ninguna de sus diez llamadas. Ella me salvó la vida», contó. La encontró inconsciente tras tomarse una caja entera de Lexatin y la ingresaron de inmediato en el hospital de Torrejón de Ardoz con parada cardiorrespiratoria. Todo un trago ya superado, pero no olvidado.
La rentré televisiva ha sido una continuación de los dos años que lleva desnudándose en el programa. Lo mismo contaba las infidelidades de su marido que sus tropelías económicas, confirmadas por su hija Chayo, empeñada en ser la nueva Rocío Jurado del clan. Rosa lo había detallado todo hasta el punto de que vivimos casi en directo las traiciones maritales, bien con una pretendida «vedette» valenciana o con una ajada sesentona rubia. No escatimaron ni escondieron nada que pudiera ser vendible. Y el retorno fue animado por varios tuits de su hija, que horas antes de que ella reocupase el plató zurró de lo lindo a los tertulianos Jorge Javier, Paz Padilla y Terelu Campos. Los tildó de víboras, metiendo en el grupo hasta a la propia Belén Esteban, hasta ahora íntima de la Benito. Al desmenuzar sus dolorosas peripecias, no pude evitar acordarme de Rocío Jurado, siempre celosa de su intimidad hasta el punto de ser casi una dómine con los suyos, quizá ya previendo el desparrame familiar que ahora vemos y padecemos. Fueron problemáticos los últimos años de casados con el bonachón Pedro Carrasco y con Ortega Cano lo fue casi todo el matrimonio –al que parece que le ha mirado un tuerto. Son muchas sus penas: desde la muerte de Carlos Parra a las más reciente detención de José Fernando, a quien le auguran prisión durante al menos seis meses–.
Rosa Benito pasó revista a lo acontecido en estos dos años de desahogo televisivo; la silla como terapia parece ser más efectiva que un psiquiatra argentino. Afirmó que no vuelve a convivir con Amador Mohedano, pese a lo asegurado un día antes por Matamoros, que no ha vuelto a tener relaciones sexuales tras la última Navidad y admitió que «es una gilipollez lo que hice». También reconoció haber hecho mucho daño a su familia y «a mí misma, yo los destruí y con las pastillas intenté descansar. Sólo buscaba eso, descansar, descansar y descansar». Rosa Benito, con la que tanto reí cuando ella era sombra de la Jurado, nos dejó turulatos. Y así seguimos.
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