Internet
El Wikileaks de los famosos
Algunos «vips» acusan a Pipi Estrada de estar detrás de la revelación de sus móviles. A la Policía no le consta denuncia alguna del periodista
Si pusieron en jaque al Gobierno estadounidense, ¿por qué no se iban a atrever con Jorge Javier Vázquez, Carlos Moyá o Falete? Las «celebrities» españolas cuentan con su «wikileaks» particular a raíz del «affaire Pipi Estrada». Siempre según el periodista deportivo, hace un mes le robaron su iPhone -en el que guardaba más de 1.800 contactos- en una cafetería. Pronto anuló su tarjeta, pero fue inútil. A raíz de un cruce de insultos de Pipi en Twitter con el usuario @Berlusdowni -y que incluía fotos pornográficas de su pareja, Miriam Sánchez-, este «tuitero», llamado Óscar, admitió en el programa de Telecinco «Sálvame» que, efectivamente, fue él quien difundió los números de la agenda a través de esta red social. «No se trató de un hurto, sino de una forma de presionar a Pipi para que saldara sus deudas pendientes», aseguró. Con todo, Óscar se habría limitado a copiar y volcar los números que encontró en la web PasteBin, servidor que permite compartir archivos, y que albergaba los contactos de Pipi.
¿El resultado? Casi un centenar de teléfonos de famosos que han corrido como reguero de pólvora por las redes sociales. Desde personalidades de la talla de Tita Cervera, Sara Montiel o María Teresa Campos, pasando por el «mundillo» rosa, como Kiko Matamoros, Karmele Marchante o Belén Esteban. Y sin olvidar a futbolistas como Fabio Coentrao, Raúl Albiol o Gerard Piqué. Muchos de ellos han visto su intimidad invadida y han anulado sus teléfonos. Algunos han optado por resistir y mantener sus números. Y otros, como Juan Carlos Gómez, que no es famoso, se ha visto involucrado al aparecer en la lista como «Isabel Pantoja». «Estoy cansado de llamadas y mensajes», afirmó a este diario. Intentó explicar su situación en el «Programa de Ana Rosa», pero aún así, le tachan de «montajista» y de pretender «encubrir a Isabel».
La situación ha adquirido tintes circenses. Afectados como Dinio García -ex de Marujita Díaz- se muestran convencidos de que la situación ha sido buscada por el propio Estrada. Por su parte, el periodista afirma estar «impactado» y reconoce no tener seguridad de si es o no su agenda de teléfonos. Asegura que ha tomado medidas legales a través del Ministerio del Interior, contactando con la Brigada de Investigación Tecnológica (BIT) de la Policía Nacional. Ahora bien, para mayor confusión, fuentes del cuerpo han asegurado a LA RAZÓN que «no consta ninguna denuncia por parte de Pipi Estrada, ni en la BIT ni en ninguna comisaría de España».
Lo único que está claro dentro de esta confusa historia es el hecho de que «hackear» -si es que de verdad hubo «hackeo»- el móvil de Pipi Estrada pudo ser una operación más que sencilla. Chema Alonso, «hacker ético» de la empresa de seguridad Informática 64, explica que, por mucho que Pipi anulara su teléfono, al «hacker le bastaba con encenderlo en una zona donde no hubiera zonas wifi para que la orden de borrado no le llegue». Así, sin conexión a internet, podría hacerse con la contraseña a través de varios programas, alguno de ellos gratuitos y que se pueden descargar de internet. «Entonces, sólo tiene que conectar el móvil con el USB del ordenador y te permiten descargar toda la información: cuentas de correo, Twitter, Facebook... Todo», asegura. Un dato importante: PasteBin, el sitio en el que se «colgó» el listado, «es un lugar de reivindicación ''hacktivista''. Anonymous ha publicado ahí datos de partidos políticos».
Las posibilidades son ilimitadas. Pipi también pudo recibir un ataque a través de un virus «troyano», que se habría instalado en su teléfono tras recibir un mail; o abrir un PDF para instalarse una aplicación que, al «cliquearla», permitiría al ciberdelincuente controlar su iPhone por control remoto; o a través, precisamente, de Twitter-«como le ocurrió a Lady Gaga; es ahí por dónde más atacan a los famosos», dice Alonso-, donde el periodista podría haber recibido un falso enlace a su cuenta de correo, gracias al cual estaría proporcionando al «hacker» su contraseña. O, como apunta Vicente Díaz, analista senior de Kaspersky Lab, no hay que descartar WhatsApp. «Esta aplicación tiene problemas de seguridad: es posible secuestrar una cuenta de WhatsApp. Basta con obtener la dirección MAC de tu teléfono, que es el número que identifica tu wifi», dice.
Casos como el de este «wikileaks» patrio no son excepcionales. «Hay extorsiones, venta de información, venta de identidades para utilizarlas en otras estafas, hay gente que se ofrece a robar cuentas de correo, de Twitter, etc... Siempre se está en el objetivo. Puedes encontrar gente dispuesta a hacerlo por precios ridículos», dice Alonso. Y no sólo «celebrities». Un estudio de CPP Móvil Seguro revela que el 23% de los españoles ha recibido «ciberataques» en su móvil. «Le puede pasar a cualquiera. Cada vez pasamos más tiempo conectados a internet a través del móvil y eso supone una oportunidad para las mafias que se dedican al robo de datos personales», dice Eduardo Gil, de CPP, que señala que «hay más de 20.000 tutoriales en YouTube dedicados al hacking», con un «sorprendente» número de visitas. «Cualquier puede convertirse en un ladrón de datos personales», añade.
Alonso cree que es «muy complicado» atrapar al culpable. No dejan rastro en el ciberespacio. Lo que sí se puede apuntar, como indica José Carlos Velasco, del despacho Fuster-Fabra Abogados, es que dicho «ciberagresor» se enfrentaría a una pena de entre 2 y 5 años por «un delito de descubrimiento y revelación de secretos» con el «agravante de la difusión a terceros», tal como refleja el artículo 197 del Código Penal.
LO QUE DICEN LOS IMPLICADOS
Carmen Tello
«No es mi número. Me trae sin cuidado porque a mÍ no me han llamado. Ese número de teléfono que se filtró será el que tenía hace años, porque cuando Pipi salía con Terelu Campos solíamos vernos frecuentemente».
JAIME OSTOS
«No me he molestado en absoluto, principalmente porque mi número está en la guía de teléfonos, y porque si me llama alguien que no conozco, le cuelgo. La manera que tengo de afrontar esta situación es reírme».
DINIO GARCÍA
«Me parece una cosa fuera de sí, atenta contra la intimidad. Estoy convencido de que lo hizo Pipi a propósito, no tengo ninguna duda, conociéndolo como lo conozco. Monta esto para crear escándalo y ser noticia».
PIPI ESTRADA
«Estoy impactado con todo lo que ha ocurrido, yo no tengo la seguridad de que sea mi agenda. Estos mediocres no van a condicionar mi vida, ya he tomado medidas legales y lo que voy a hacer es resistir ante ante esta incomodidad».
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