Crónica
Los sábados de Lomana: Mis noches de verano en Marbella
Siempre digo que Marbella es una «opción de vida en la felicidad» . Yo he decidido que mis vacaciones ya han empezado y sólo necesito desconectar y alejarme del trabajo hasta septiembre
Hoy viernes, cuando escribo esta crónica, ¡es mi santo! Mi querida Virgen del Carmen, para mi el día más grande del verano, la advocación de María Patrona de todos los hombres de la mar y de nuestra Armada, este nombre del que me siento tan orgullosa, que tiene hasta una ópera. En mi familia siempre fue una gran fecha: era mi santo, el cumpleaños de mi padre y el de mi hermana. Me llamo Carmen porque mi padre así lo quiso, María del Monte Carmelo, así me confirmaron. En nuestra casa la fiesta duraba tres días, normalmente estábamos ya en Asturias en pleno verano y todo eran comidas y cenas a las que mis padres invitaban a muchísimos amigos. Hubo un año que hasta trajeron a unos valencianos que organizaron fuegos artificiales en la playa. Poder celebrar tan gran día con muchos amigos era la mayor alegría para toda la familia.
Ayer jueves coincidió con una cena elegantísima que ofreció la firma de lujo Chanel en Marbella con motivo de la apertura de su tienda en el Marbella Club Hotel, no han podido elegir mejor ubicación. Ha quedado preciosa, llena de luz, una decoración perfecta muy Chanel, con un toque de frescura muy veraniego.
Se agradece mucho que Chanel, con su elegancia suprema y refinada, evite el tremendo «photocall». Es muy desagradable que nada más llegar a una fiesta, antes de saludarte, ya te lancen a la foto, en algunas ocasiones delante de un cartel lleno de marcas que en muchas ocasiones no tienes ningún interés en hacerles propaganda. En ninguna de las fiestas que he acudido de Chanel nunca ocurre esto, es una forma de agasajar y hacer que sus invitados se sientan cómodos y tranquilos rodeándonos de detalles preciosos. Las mesas estaban realmente bonitas, todo lo que nos rodeaba era armonioso y elegante, así que pase una víspera del Carmen perfecta brindando con amigos muy queridos.
Este año disfrutamos más si cabe de todo, después de meses tan complicados, pero siempre con mucha prudencia, bajo previo test de Covid obligatorio al menos en las bodas que he acudido y también en los eventos.
Mi agenda me hace sentir muy privilegiada. Debo ser una de las personas que dice que le encantan las bodas, hay una especie de esnobismo absurdo, especialmente en las personas de edad madura, que lo consideran una lata. Yo, como soy eterna adolescente, me hacen ilusión. Hace poco estuve en una boda maravillosa en el campo, en Morón de la Frontera, celebrada en la casa de la familia de la novia con unos jardines espléndidos, bailamos hasta el amanecer... ¿Hay algo mejor que bailar?
En Marbella nos espera el festival Starlite, punto de encuentro para los que nos gusta la música, con un estupendo ambiente y también muchas cenitas con amigos. Marbella tiene las casas más bellas, pero me gustan especialmente sus jardines en los que todo crece con una velocidad y frondosidad que asombra.
Reconozco que no tenemos las mejores playas, pero sí los mejores chiringuitos donde te encuentras con personas de todas las nacionalidades; algunos muy famosos, lo único que quieren es pasarlo bien y disfrutar de su gastronomía y su alegría de vivir. Siempre digo que Marbella es una «opción de vida en la felicidad» . Yo he decidido que mis vacaciones ya han empezado y sólo necesito desconectar y alejarme del trabajo hasta septiembre. Feliz verano.
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