Hacienda

Penélope Cruz: apoya el impuesto a los ricos pero Bardem fue condenado por defraudar 150.000 euros

¿Pero y lo bonito que es un rico de izquierdas y concienciado? Eso que no nos lo quiten

Penélope Cruz y Javier Bardem
Penélope Cruz y Javier BardemJavier RojasAgencia EFE

Penélope Cruz se pronunciaba estos días a favor de que sean los más ricos los que más paguen. «Es lo lógico, ¿no? Que quien más tenga, más pague», decía la actriz y, al momento, era jaleada y aplaudida por la izquierda más permeable a la consigna fácil y el eslogan de camiseta. Pero nuestra internacional estrella, pese a su empeño por seguir siendo vista como aquella muchachita de Alcobendas que fue, no acaba de vendernos su discurso de conciencia de clase. Quizá porque subida a unos Manolos y envuelta en Dior Vintage, el discurso social de que paguen los ricos solo colaría si, al menos, no tuviera en el armario el cadáver de los problemas con Hacienda de su esposo, que no va descalzo en esto. Reivindicar que pague más quien más gana, cosa que ya ocurre, está muy bien. Pero es imprescindible que se pague lo que se debe. Es posible que sean este tipo de contradicciones las que hacen que, como público, se nos dispare la disonancia cognitiva con los Bardem Cruz, nuestra pareja más internacional, y no acaben de caernos bien del todo. Todo bien, pero… ay. Como que no.

Y es que queda rarito que ella defienda, vehemente, que paguen más los ricos (por conciencia social, ya saben), pero a él tuviese que imponerle una sanción de más de 150.000 euros por defraudar a Hacienda, que somos todos. Que a tope siempre ellos con los trabajadores, con el pueblo (tan de izquierdas a bulto, tan la derecha es malísima), pero se aprovechase un ERE (amparándose en una reforma fiscal en contra de la cual se manifestaron públicamente) para despedir a once empleados de La Bardemcilla. Tampoco es muy creíble que mientras reclaman que los demás tomen conciencia del daño que hacemos entre todos al planeta se paseen en un todoterreno, viajen en jet privado y firmen contratos millonarios con firmas cosméticas no demasiado ecológicas. Ser laxo con la conciencia social facilita al rico comprometido poder dormir a pierna suelta mientras el vulgo sufre penurias. Solidarios «ma non troppo».

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Yo creo que la explicación la podemos encontrar en declaraciones del hermano del artista, Carlos Bardem, hermanodé e hijo dé de profesión, que manifestaba hace poco que aquello de la superioridad moral de la izquierda era un hecho: eran superiores a la basura. Y esa es la superioridad que permite que si Penélope Cruz dona un tercio de lo ganado con un premio, diez mil euros, a una unidad contra el cáncer (muy loable, me disculparán el «vayapordelantismo») todo sea oh y todo ah y aplausos y vítores. Pero si quien dona trescientos millones a la sanidad pública es Amancio Ortega, sea maniobra fiscal y todo sea «boo» y todo «bah». ¿Pero y lo bonito que es un rico de izquierdas y concienciado? Eso que no nos lo quiten.