Religiosos
De Dani Alves a Messi: cuando la fe también juega de titular
Cada vez más jugadores comparten ese lado íntimo que, según ellos mismos, influye en su rendimiento y en su manera de afrontar la vida dentro y fuera del terreno de juego
Hace pocas semanas se viralizaron unas imágenes en las que el exfutbolista Dani Alves aparecía en una de las misas evangelistas de la Iglesia Elim Girona. El deportista prestar su propio testimonio sobre su encuentro con Dios, en un tono que recuerda al empleado por los predicadores. Hay que tomar en serio las cosas de Dios y hay que tener fe. Yo soy una prueba de ello. Yo hice un pacto con Dios. En medio de las turbulencias, en medio de la tempestad, siempre hay un mensajero de Dios. Y ese mensajero en el peor momento de mi vida, me recogió, me llevó para la Iglesia para el camino y hoy yo estoy en el camino gracias a ellos”, decía Alves a lo largo de su intervención.
Ahora, ha sido Messi el que se ha sincerado sobre su relación con Dios y la fe, un vínculo sobre el que cada vez más rostros populares se animan a hablar. “Yo siempre dije que Dios me regaló un don, que me eligió a mí, y yo desde muy chiquito fui así, lo tuve. [...] Soy un agradecido a Dios porque Él me dio lo principal”.
Como se ha comentado anteriormente, no es el primer futbolista que agradece a Dios la vida que tiene. En el caso patrio destaca Sergio Ramos, religioso orgulloso y apasionado de la Semana Santa. De hecho, lleva tatuados varias imágenes sagradas, una forma de recordarse a sí mismo que el Señor siempre le acompaña.
Otro de los futbolistas con más fe es Ricardo Kaká, que llegó a asegurar que, de no haber sido futbolista, se habría convertido en pastor. Él mismo ha contado que la religión fue clave para él cuando tuvo una lesión de columna de adolescente, que casi le deja fuera del fútbol. También ha dicho más de una vez que la espera hasta el matrimonio con su pareja fue por convicción religiosa. Él y su entonces esposa, Carolina Celico, formaron parte durante mucho tiempo de la iglesia brasileña Renacer. Aun así, en 2010 el jugador comunicó que se desvinculaba de ese grupo religioso y que seguiría explorando su relación con Dios de manera independiente.
Así, parece que la espiritualidad sigue teniendo un peso notable en el mundo del fútbol, un espacio donde la presión constante convive con la necesidad de encontrar anclajes personales. Para algunos, la fe actúa como refugio emocional; para otros, como motor de disciplina o agradecimiento. Sea cual sea el matiz, lo cierto es que cada vez más jugadores se sienten cómodos compartiendo públicamente ese lado íntimo que, según ellos mismos, también influye en su rendimiento y en su manera de afrontar la vida dentro y fuera del terreno de juego.