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Harry Styles se arranca la punta de la lengua de un mordisco en pleno ‘colocón'

El componente de One Direction habla sin tapujos del papel clave que juegan las sustancias psicodélicas en su proceso creativo

Harry Styles, en una imagen de archivo/Foto: Gtres
Harry Styles, en una imagen de archivo/Foto: Gtreslarazon

Harry Styles habla sin tapujos del papel clave que juegan las sustancias psicodélicas en su proceso creativo

Con One Direction en un 'descanso indefinido', sus antiguos componentes ya no se ven obligados a mantener esa fachada de niños buenos que cultivaron en los años de mayor éxito de la banda, y salta a la vista que está aprovechando al máximo esa nueva libertad.

En su última entrevista para la Rolling Stone, por ejemplo, Harry Styles habla sin tapujos del papel clave que juegan las sustancias psicodélicas en su proceso creativo y de la frecuencia con que consumió algunas de ellas a lo largo de las seis semanas que pasó en un estudio de Malibú grabando su próximo disco, cuyo título aún no se ha hecho público.

"Solíamos tomar setas alucinógenas y nos tumbábamos en el césped mientras escuchábamos el álbum 'Ram' de Paul McCartney bajo el sol. Lo único que teníamos que hacer era girar los altavoces hacia el jardín. Se podía escuchar la batidora funcionando, y entonces pensaba: 'Vaya, vamos a empezar a tomar margaritas helados a las diez de la mañana'. Ese es el sitio donde estaba parado cuando me arranqué parte de la punta de la lengua de un mordisco tras comerme unas setas, así que al final acabé tratando de cantar con toda la boca llena de sangre... Este lugar me trae muy buenos recuerdos", explica el intérprete británico con nostalgia acerca de su estancia en los estudios Shangri-La durante su conversación con la publicación.

Pese a las apariencias, el joven de 25 años insiste en que sus colaboradores y él consiguieron crear un ambiente muy familiar en el que las visitas de sus seres queridos -"con los niños y los perros", como matiza Harry- se alternaban con fiestas al lado del mar.

"Hubo una noche que nos pasamos un poco y acabamos en la playa y yo lo perdí básicamente todo. Mi ropa, la cartera... Un mes más tarde alguien la encontró y me la devolvió por correo de forma anónima. Supongo que se la encontraría en la arena. Pero lo más triste de todo es que perdí mis pantalones de pana favoritos, que eran de campana y de color mostaza", explica sobre una de esas veladas salvajes.