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Homenaje a Luis del Olmo

La Razón
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Servirá de merecidísimo y gran broche a una carrera excepcional por lo brillante, innovadora y dilatada. Un caso único e irrepetible en la radio española cuyas «mañanas se vestían de fiesta» como optimistamente presagiaba el pregón del presentador leonés afincado en Barcelona. Amancio Ortega acaba de comprar el emblemático Edificio Banesto de Plaza de Cataluña con Paseo de Gracia, que durante muchos años en sus áticos y terrazas cobijó una especie de Casa de la Radio al estilo parisiense. Aunque aquí era más modesto e inmediato: RNE quedaba a un paso de todo y mantenía enfrentamiento no sólo de ubicación con Radio Barcelona, emisora decana donde Manuel Tarín Iglesias hizo nacer los Premios Ondas, que todavía estimulan a compañeros. Época dorada de la radio barcelonesa, siempre adelantada a la más provinciana que prodigaba Madrid, donde la cita de los «Ondas» traía a lo mejor de la actualidad mundial, Roger Moore haciendo «El Santo», Mannix o lo que quedaba del esplendor físico de Silvana Pampanini. De allí nació el Festival de la Canción Mediterránea al que eran asiduos Mina, la para mí más sentida Iva Zanicchi, la menos comunicadora Ornella Vanoni, el caricaturizador Renato Rascel, los empalogosos Romina y Albano, y otros grandísimos del panorama cantor como Raimón y Salomé. Era cita de resonancia mundial como televisivamente «Los amigos del lunes», luego cambiados al martes, de Artur Kaps y el risueño Franz Johan. Unidos al mítico Bernard Hilda llevaron a una Barcelona abierta y apenas independentista mundanos aires aperturistas que Oriol Regás y su «Bocaccio» ampliaron contratando lo mejor de la «chanson». Él presentó desde Brassens a Bábara mientras Juan Rosselló hizo lo mismo con Aznavour, Adamo y Matías Colsada –sí, sí, el de «las alegres chicas»–, y nada menos que contrató a Lisa Minnelli, entonces recién consagrada con «Cabaret».

La radio se hacía eco de tanto famoseo ampliado con las estancias de Dalí en el «Ritz» de Antonio Parés y fueron famosas sus tertulias con José Luis de Villalonga, Modesto Cuixart y Xavier Cugat. Tuve el privilegio de disfrutarles mientras «Protagonistas» se hizo clarín mañanero y, cuando Luis vacaba, lo sustituían Pepe Ferrer –ideador del programa– o el más informal Fernando Rodríguez Madero. De aquella Casa de la Radio hoy acogedora sede de Zara. ¡Qué ojo el de Amancio también para los inmuebles!, compró las mejores esquinas mundiales en la Quinta Avenida, la Gran Vía madrileña, Serrano o los Campos Elíseos. Mientras Antonio Cano y Mayte, siempre a la sombra de Luis, ponen en marcha este gran homenaje nacional en primavera –cuando su promotor vuelve de la India, donde proyecta afincarse tras una vida dedicada al recientemente fallecido Pierre Fabre–, no estaría mal que una placa recordase que en este céntrico edificio surgieron figuras como Mercedes Milá, Mercé Remolí, José Félix Pons, el de la sonrisa comprensiva, Mario Beut, Soler Serrano e Hilario López Millán, ya enciclopedia del conocimiento de la copla. El Miguel Rey hoy centrado en la publicidad de Marina D´Or comenzó con nombres como Mingote, Ussía, Tip y Coll o Paco Martín Morales a quien del Olmo hizo debutar. Toda una historia para no olvidar.