«Imagino que el embargo a mi madre es una tontería»

Luis Medina no tiene nada que esconder, a pesar de que el pasado miércoles se ocultó tras unas gafas de sol en un acto al que acudió en El Matadero de Madrid.

Luis Medina no tiene nada que esconder, a pesar de que el pasado miércoles se ocultó tras unas gafas de sol en un acto al que acudió en El Matadero de Madrid. Con la elegancia que le caracteriza, el soltero de oro quiso aclarar a este diario la noticia que esta semana ha llevado a su madre, Nati Abascal, a la primera línea informativa por un supuesto embargo a su casa de Sevilla. Confirmó que no está preocupada, «aunque tampoco sé muy bien de qué va el tema porque en mi casa no hay televisión y tampoco he leído mucho sobre el asunto, pero me imagino que es una tontería», explicó el empresario. Y, a modo de prueba, añadió que ese día había hablado en dos ocasiones con ella y que en ningún momento ella mencionó el embargo. «Ha estado trabajando fuera de Madrid y la vi bien», asegura. Y es que el caso podría tocar la fibra sensible de esta familia, pues dicha casa es el lugar en el que Rafael y Luis pasaron su infancia.

Con cuatro trapos

A pesar de los ocho años que lleva en Madrid y de que acaba de estrenar una maravillosa propiedad en el centro, Sevilla es para el pequeño de los Medina un refugio al que escapar en los momentos difíciles. Por ello, durante la presentación de las gafas Carrera, de las que ha sido elegido como imagen precisamente por ser todo un dandi y representar a la perfección la filosofía ICON, respondió, algo apesumbrado, a las preguntas sobre las vacaciones de Semana Santa: será el primer año que no acuda a su tierra para celebrarla. «Es un disgusto porque no he faltado a ninguna. Es emotiva y muy bonita, y el momento del año en el que puedo reunirme con gente a la que normalmente no veo», comentó. Se quedará en Madrid por compromisos laborales y personales, en el pequeño paraíso que él mismo ha decorado, pero, según reconoce, con mucha influencia de Nati. «Tiene un jardín precioso y da mucha vida. Sobre todo cuando abres las ventanas y ves a los pajaritos. Y en cuanto a la decoración, al haberme criado con mi madre, es inevitable que el estilo coincida. Es en ese tipo de ambiente en el que me siento cómodo», confiesa.

Respecto a su madre, todo un ejemplo para él, Medina explica que no recuerda haberla visto nunca sentada frente al televisor: «Si está en casa se pone a leer, a colocar libros, recortar revistas ... lo que sea, pero no para». Es por esto que los reportajes que ella firma son reconocibles, según argumenta su hijo. Es debido a muchos años como modelo para las mejores firmas del mundo, pero, sobre todo, a su «gran capacidad de análisis y de retención», pues Nati devora libros de fotografía y lleva muchos años «educando el ojo». «Con cuatro trapos y un fondo malo, te monta el mejor set de fotografía», comenta.