Lenguaje
Coherencia que marca el paso
La coherencia es el rasgo predominante de la canciller. Con su lenguaje verbal prioriza la sobriedad y el ahorro, mensaje que refuerza con el no verbal: un rostro hierático, unos gestos rígidos, una vestimenta sobria y unos movimientos controlados.
Su estatura es fuerte y equilibrada. Merkel ocupa su espacio con confianza e, incluso, suele entrar en el espacio de sus colegas de forma sutil. Es curioso observar cómo es ella la encargada de marcar el paso en las reuniones oficiales, tanto cuando recibe como cuando visita.
Tiende a unir sus manos por la última falange de los dedos. Esta posición nos habla de coherencia en el discurso, gusto por el orden y búsqueda de conexión. Su cabeza, ligeramente ladeada, nos habla de implicación y escucha activa.
Suele saludar apoyando su mano en el hombro de la persona, un gesto materno de protección y que, además, refleja control.
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