Seattle
Kendra Spears, la princesa conversa
Hasta ahora era conocida como la «pequeña Cindy Crawford» por su parecido físico con la top model y su éxito sobre las pasarlas, pero pronto podría convertirse en la sucesora de la jequesa de Qatar. La vida de Kendra Spears, una de las modelos del momento, dará un giro de 180 grados. De ser una maniquí norteamericana, acostumbrada a contonearse sobre la «catwalk» ligera de ropa y frecuentar las fiestas más exitosas, pasará a ser la esposa de uno de los últimos solteros de oro del panorama mundial y también de los más deseados por su atractivo físico, el príncipe Rahim Aga Khan. A sus cuarenta y dos años parece que el hijo mayor del multimillonario y actual imán de los musulmanes chiítas ismaelíes nizaríes, Aga Khan IV, quiere sentar la cabeza, y lo hará con esta joven de 24 años tal y como anunció esta semana a través de un comunicado publicado en la web de su progenitor.
Su noviazgo se ha desarrollado al margen de los focos, por lo que sorprendió la repentina noticia, eso sí, no hay todavía fecha oficial del enlace, a pesar de que los preparativos ya están en marcha. Al menos en cuanto a los rituales que tendrán lugar y las modificaciones a las que Spears tendrá que someterse en lo que a su identidad se refiere. En primer lugar, será una ceremonia musulmana por lo que ella deberá de convertirse a dicha creencia religiosa, además de aceptar el cambio de nombre, tal y como hicieron las esposas del padre de Rahim, y por supuesto alejarse de su carrera de modelo, ya que esta profesión no encaja muy bien con los proyectos que Aga Khan podría tener para el matrimonio. Cuesta creer que una mujer independiente como Spears, nacida en Seattle, estudiante de Sociología por la Universidad de Washington, y con la ilusión de haber sido neurocirujana, acepte tales requisitos. Pero si se echa la vista a atrás y se analiza cómo fue la vida de las mujeres que les dieron el «sí, quiero» a los Aga Khan, no tendrá escapatoria. Ella, hasta el momento, era una de las modelos más solicitadas de las pasarelas y producciones de moda. De hecho ha desfilado para grandes del diseño como Louis Vouitton, Yves Saint Laurent, DSquared2 y Chanel y ha sido imagen de campañas de Calvin Klein, Armani y Diane Von Furstenberg, así como portada de «Vogue» y «Elle, entre otras.
Fortuna inabarcable
Su cambio físico ya ha podido apreciarse en la fotografía oficial con la que anunciaron su compromiso, ya que eligió un recatado vestido azul, unas collar de perlas y un casto recogido que contrastaba bastante con sus descarados «looks» como modelo. Por supuesto en el retrato no faltó el anillo de compromiso. Todo medido al detalle. De momento, Spears mantiene activa su cuenta de Twitter y la utilizó para agradecer a sus seguidores la felicitación por la noticia: «Gracias por los emotivos tuits. Estamos muy emocionados», confesó. Apasionada por el arte, según afirma ella, no le costará vivir bajo el lujo de una de las familias más ricas del planeta. Se estima, según la revista «Forbes», que su fortuna supera con creces los 800 millones de euros. Pero Rahim no es sólo una cara bonita con los bolsillos repletos de dólares, sino que se licenció en la Universidad de Brown y cursó un posgrado de dirección empresarial en la Bussines School de la Universidad de Navarra en Barcelona. Además, trabaja en el departamento de desarrollo de la agencia familiar AKDN dedicada a la reducción de la pobreza en los países más necesitados de Asia, África y Oriente Medio. Aún se desconoce si la futura señora e Aga Khan colaborará en los negocios familiares o se dedicará a la vida contemplativa. Lo que sí está claro es que dinero no le faltará.
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