Noche de «brujildas»

Despedida del verano y de la luz, que nos adentra en la estación de la oscuridad. Los antiguos celtas creían que la línea que une este mundo con el de los espíritus se estrechaba esta noche y permitía que pasasen tanto los espíritus buenos como los malos. A los segundos se les ahuyentaba con disfraces de máscaras y trajes, adoptando su apariencia como camuflaje, y se invitaba a los ancestros familiares para homenajearles. De ahí esta fiesta de Halloween, que en el siglo XVI fue adoptada por los anglosajones, especialmente en Escocia y posteriormente muy arraigada en Estados Unidos. Los europeos siempre terminamos abducidos por el «American Way of Life», y aquí también hacemos un guiño de humor a la muerte la noche del 31 y rendimos culto a nuestros difuntos al día siguiente. Recuerdo que en Bali hay un día EN que todo el mundo se encierra en sus casa durante 24 horas y no se puede encender ni una luz ni hacer ruido para que al sobrevolar la isla, los malos espíritus crean que está desierta y pasen de largo.

Por todo ello decidí organizar una reunión de amigos en mi casa; pero nada de rendir culto a la fealdad, no; todas deberíamos ser unas «brujildas» elegantes y sexys. La casa llena de flores de colores alegres y una mesa con estupenda cena que más que espantar malos espíritus los atraía... La triunfadora en estilismo fue Alaska, con un modelo insuperable, y es que para ella y para Mario suele ser Halloween todos los días. Mezclé amigos de todo tipo, como es habitual en mí, y nos divertimos muchísimo.

Hablando de «caza de brujas», así nos sentimos muchos ciudadanos: intimidados, acosados y sin derechos. La última novedad es poner cámaras en las carreteras que detecten los coches que no han pasado la ITV (todos sabemos el gran negocio que hay detrás de esta historia). Si seguimos así, nos pondrán una pulsera identificativa como hacía la Gestapo con los judíos, para tenernos a todos bien controlados. Y pregunto: Sr. Rajoy, ¿para qué necesita 75 asesores si sólo liquida a la clase media a impuestos, recorta en todos los ministerios y nos aboca cada vez más a la pobreza? ¿En nombre de qué democracia está hablando? Votamos creyendo en un programa político que nunca se cumple. ¿Sólo les interesamos para mantener esta máquina infernal de una clase política improductiva? Yo personalmente me siento como un títere en manos de un montaje de poder y nepotismo que deberíamos desmontar. Lo que les digo: cara de tontos se nos queda...

No quiero terminar sin felicitar a los organizadores de la primera Pasarela de Moda de LA RAZÓN en el Palacio de Cibeles, especialmente a Isabel Abdo y Patricia Olmedilla por su buen hacer y la fantástica selección de prendas y marcas. Y ahora soy yo la que me voy a dar un homenaje de buñuelos de viento y huesos de santo... Algo muy recomendable en los momentos de bajón.