Sevilla

Raquel Revuelta y Laura Sánchez, enfrentadas por la moda flamenca

Raquel Revuelta y Laura Sánchez, enfrentadas por la moda flamenca
Raquel Revuelta y Laura Sánchez, enfrentadas por la moda flamencalarazon

El «arsa y toma» da para mucho. Aquí supone duelo racial, profesional y empresarial. El volante es monotema peleador en busca de impacto; eso ya lo hizo y logró Raquel Revuelta con el envidiado y prestigiado Salón de la Moda Flamenca radicado en Sevilla que desde hace tres años intenta ser abatido por algo con idénticas pretensiones urdido por Laura Sánchez, que hasta entonces colaboró –¡y aprendió!– de la antigua Miss España, defensora del lunar y los entredoses en moda tan «typical». Siempre anuncia la primavera como la violetera –¡inmortal Sara Montiel!, aunque lo estrenase Raquel Meller perpetuada ante el «Arnau» del Paralelo con el ramito «que no vale más que un real»–. Lo de Revuelta es lo ya establecido y ante su convocatoria para la semana próxima, donde inaugura esa Lina que lo mismo vestía muy andaluza los desplantes únicos de Rocío Jurado que da un aire concertista a los modelos de Isabel Pantoja. El ambiente se regocija con esta lucha provocadora donde este «weekend» Laura se autopremia sin lograr conseguir lo que Raquel agrupa en su Salón de la Moda Flamenca, con nombres ya tan firmes como Julia Martín, que encantaba a Eugenia Martínez de Irujo, o la ya no tan recién llegada Rocío Peralta, hija del rejoneador Rafael y de la estupenda Mamen, que casi llegó a cuñada de Rocío Jurado cuando ella tonteó tras separarse, o a punto, de Carrasco. Con ellos compartí literas en «el camino», en la casa de Loli Reina, hermana de Juanita y señora de García Escudero, donde también pernoctaban Cayetana de Alba y Arabella Von Karajan, hija del director. Era «lo más» de aquellos tiempos devotos de la Blanca Paloma, que también encontraba acomodo con su moda más simple, rústica y campera en el Salón de Raquel mientras el «We love flamenco», que parece ideado como atracción de turismo americano (¡bienvenido, Mr. Marshall!), permanece muy alejado del toque racial, siempre revocado, entremezclando flores silvestres, rayas y los imprescindibles lunares, santo y seña de un traje de volantes que se precie con la feria abrileña asomando. Parece censurable que una presentación anticipe la ya más afianzada del Salón, plena de nombres señeros y auténticamente captora del interés general. El Palacio de Congresos bético se ha transformado en una enorme caseta ferial donde lo mismo pasea el ojo conocedor de un Tony Benítez ya retirado tras cumplir durante años con las exigencias de Cayetana Alba o un Justo Salao irremplazable creando aquellos vaporosos volantes acaracolados con los que las grandes flamencas parecían flotar. Pero hay más: estas pasarelas son sólo anticipo de mejores tiempos. Barcelona inaugura también su 080, que estará animada por Isabel Toledo, una de las modistas preferidas por esa Michelle Obama ya icono de pasarelas y revistas especializadas. Todo partió del flequillo impactante y ya nadie duda de que dejará tanta huella en la Casa Blanca como una Jackie Kennedy jugando en parecido estilo discreto al de Ana Botella. Toledo impartirá una clase magistral, pero será precedida por Oscar de la Renta y Pierre Cardin, buen remate a esta semana de desfiles con Mango en la jornada inaugural y Desigual con sus nuevos diseños. Sita Murt debuta en esta pasarela que hereda lo mejor del Gaudí Moda y recuerda en nombres y colecciones a la antaño famosa Moda del Sol. Custo Dalmau adelanta sus propuestas para el «fashion» neoyorquino ya en puertas y casi son cuarenta firmas las que se disponen a reafirmar la supremacía barcelonesa en lo textil. Es algo que no viene de ahora y hace temblar a la pasarela Cibeles.