Casa Real
La reaparición de la Infanta Pilar tras confirmar que padece cáncer de colon: “Sigo viva”
La hermana de Don Juan Carlos presentó con dificultades para hablar pero con su humor de siempre las actividades del Rastrillo de Nuevo Futuro: “No agobiéis a la Reina Sofía cuando venga, que es muy gastona y nos conviene que compre mucho”
Como el turrón a la Navidad, llega el Rastrillo de Nuevo Futuro y ya van 51 años y en todos ha estado presente su alma mater, la infanta doña Pilar “voy a estar al pie del cañón ayudando en todo lo que pueda. Aquí estoy, sigo viva”. Ha sido su reaparición después de que ella misma confirmara que padece cáncer de colon
Unos 1.200 voluntarios atenderán los más de 60 puestos de comida, artesanía, ropa, utensilios de cocina, muebles, talleres científicos y de magia para niños, clases de cocina, de arreglos de navidad o de decoración con flores, antigüedades, vajillas o ropa, que estarán a la venta, desde el próximo 16 al 24 de noviembre en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo de Madrid. El objetivo, como siempre, es recaudar dinero para mantener los 116 hogares en todo el mundo, que proporcionan un hogar a 1300 niños que no tienen un ambiente familiar adecuado, en estos hogares se les da un futuro y, lo que es más importante, cariño y estabilidad. “Muchísimas gracias por venir si no os importa hablarán Pina Sánchez y Cósima Ramírez porque a mi me cuesta mucho hablar”. Así comenzaba, la infanta doña Pilar, la rueda de prensa de presentación del Rastrillo de Nuevo Futuro. A pesar de sus dificultades para pronunciar algunas palabras, la infanta, no ha podido evitar puntualizar algunas cosas con su tono irónico: “Los hombres pueden jugar a las cartas”.
“Para mi -en palabras de Cósima- el Rastrillo siempre era la revolución porque lo recuerdo como la cita anual y la esperaba con mucha ilusión. Los niños son el futuro y hay que darles esperanza, eso es precisamente lo que hace Nuevo Futuro. Mi abuela ya estaba en el Rastrillo, mi madre también, ahora yo y espero que mis hijos me sigan”
“Llegó una señora y alguien me dijo que invitara a una amiga que se acaba de quedar viuda, Pilar Benetton, que me dijo que estaba preocupada porque tenía un “stock” de ropa tremendo y no sabía qué hacer. Y yo le contesto, pues dámelo a mi. Y así este año, tendremos un puesto enorme de su marca. Quedarse viudo es algo muy traumático y así tenemos a la señora Benetton entusiasmada con Nuevo Futuro y nuestros niños también porque ahora usan una ropa de marca buenísima y están encantados. La generosidad de la gente no tiene límite, es impresionante. Nosotros estamos trabajando todo el año en los hogares”, así volvía a puntualizar la infanta con una anécdota, las cuitas internas del Rastrillo.
La infanta tenía ganas de hablar, aún teniendo esa dificultad para hacerlo; “Mi hija, Simoneta, tiene una prima que es un genio y va por los armarios de las amigas y arrampla con todo y lo llevan al puesto y se vende muy bien porque es ropa buena. Este año no estará Holanda, porque no pueden, pero el año próximo sí volverán, pero yo seguiré haciendo el lomo asado, que nos dona Sánchez Romero, los hago en casa porque tengo un horno muy grande”. Es tal su pasión por el Rastrillo que, a pesar de encontrarse “a ratos bien y a ratos menos bien”, doña Pilar quería animar a que se bata el récord de visitas del año pasado, más de 22.000 personas y también a “que la gente beba y coma mucho y por favor os pido que, cuando venga mi cuñada (se refiere a la reina Sofía), el martes 19 no me la agobiéis que es muy gastona y nos viene muy bien que compre mucho y a mi hermano le tengo que pedir ropa que se vende muy bien y se me ha olvidado pedírsela”. Al resto de la familia los tiene implicados. Su hija Simoneta siempre cuenta con un puesto y a los nietos, en especial uno que ha terminado de estudiar y aún no tiene trabajo “les llevó de la oreja”.
El Rastrillo estará hasta el 24 de noviembre en el pabellón de Cristal. La iniciativa arrancó hace ya 51 años con un grupo de mujeres comandadas por la infanta Pilar, Carmen Herrero Garralda y Cuqui Fierro que, como es costumbre, se pasará por El Rastrillo para entregar su acostumbrado sobre bien abultado.
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