Casas reales
Los Reyes asisten en primera fila a la entronización de Naruhito
El nuevo emperador de Japón proclama su acceso al trono más antiguo de mundo en presencia de más de 2000 invitados, entre ellos jefes de Estado y de Gobierno de 180 países
El nuevo emperador de Japón proclama su acceso al trono más antiguo de mundo en presencia de más de 2000 invitados, entre ellos jefes de Estado y de Gobierno de 180 países.
Salvas de honor de 21 cañonazos han resonado en el cielo de Tokyo para anunciar a los súbditos de la nación el ascenso al Trono del Crisantemo, el más antiguo del mundo, del Emperador Naruhito. No es que hiciera especialmente falta este contundente método tradicional porque lo cierto es que toda la capital japonesa seguía ávidamente el intrincado ceremonial que se desarrollaba en el palacio imperial a través de pantallas digitales de última generación diseminadas por toda la megaurbe con la señal de la cadena púbica NHK.
A pesar de que el grueso de la ceremonia ha seguido las pautas ancestrales que guiaron análogos rituales con ocasión del ascenso al trono de sus más inmediatos ancestros, la monarquía nipona ha introducidos significativas variantes con el objeto de «humanizar» una institución que aun conserva -tanto en palacio como a los ojos de buena parte del pueblo- un carácter explícitamente divino. Naruhito, con voz firme a sus 59 años, ha jurado «actuar de manera acorde con la Constitución y cumplir sus responsabilidades como símbolo del Estado y de la unidad del pueblo».
Como es bien sabido el nuevo emperador es el primero nacido después del evento que marcó para siempre a Japón física y -más importante, culturalmente- la Segunda Guerra Mundial. Naruhito solo conoce los catastróficos efectos de la participación de Japón junto a las potencias del Eje por los libros de historia lo cual supone un importante hito en una sociedad marcada en hasta el centro de su esencia la invasión estadounidense y los bombardeos sobre población civil de los años cuarenta. Es por ello que el pacifismo juega un papel tan profundo en las convicciones del país como se dejó traslucir en en las palabras del nuevo emperador de la era Reiwa: «Espero sinceramente que Japón se desarrolle aun más y contribuya a la paz de la comunidad internacional y al bienestar y prosperidad de los seres humanos a través de la sabiduría del pueblo y a esfuerzos incesantes».
Estas palabras fueron dirigidas a los jefes de Estado y de Gobierno de más de 170 países presentes ayer entre los 2.000 invitados a la ceremonia en el Palacio Imperial de Tokio. Entre ellos destacaron en primera fila Don Felipe y Doña Letizia y el príncipe de Gales, Carlos de Inglaterra. Los Reyes viajarán mañana a Seúl en Corea del Sur donde tendrá lugar una Visita de Estado de dos días con una cargada agenda de carácter institucional, económico y empresarial.
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