Famosos
Lourdes Montes ya tiene su propio representante
Sorprende la eficacia catalana en el Gaudí Novias a la hora de fichar primeras filas, que no todo son Mas, Trias, Puig, Alicia Sánchez-Camacho, Llanos de Luna –que nació en Sevilla y no lo parece– o doña Marta Ferrusola.
Sorprende la eficacia catalana en el Gaudí Novias a la hora de fichar primeras filas, que no todo son Mas, Trias, Puig, Alicia Sánchez-Camacho, Llanos de Luna –que nació en Sevilla y no lo parece– o doña Marta Ferrusola. «Ella va muy a su aire y hasta usa coche sin chófer», me confirman, y logran ampliar el aire distanciado que percibí al verla en el desfile de Rosa Clará.
También me cuentan que hay protestas y cabreos entre los que adjudican los premios «Naranja y Limón» con mucho trapicheo que tiene nombres y apellidos. Ya circula un comunicado de Belén Anguas en el que expresa unos recelos comprensibles ante lo que siempre fue desinterés y ahora se convierte en una magnífica cosecha para unos cuantos trajinadores. Solicitan el contrato firmado con la empresa Gesveco, en el que ceden por cinco años la organización exclusiva de los veteranos premios. «Se ha firmado sin conocimiento previo de la junta», dicen, alarmados, intentando descubrir igualmente por qué Gesveco factura los patrocinios de esta gente periodística donde hoy se incluyen personas sin vinculación con el periodismo, como el doctor Rosado. ¡Qué diferencia con aquellos años en que todo lo subvencionaba Loewe –con esculturas de José Luis Cardone– y la cadena Occidental Hoteles, entonces regida por Gabriel Felip, ahora en Bahía Príncipe.
Pero a lo que iba: me inquieta y desazona por igual la operación limpieza, renueve y mudanza de los «front rows», quizá sea el adelanto de un cambio que acabaría con la presencia habitual de personalidades como la familia Goyanes o Fonsi Nieto, que acuden con o sin dinero de por medio. Ver sentadas en el desfile de Clará o en el más espectacular de Pronovias a la novia de George Clooney o a las hijas –tan bien formadas– de Andie MacDowell y de Clint Eastwood es para echarse a temblar. Imponen verdadera operación recambio que acabará con la imaginación y los recursos de marcas y mediadores, como ese relaciones públicas que en Barcelona, en la clausura de Gaudí, se atrevió a urgir a Mas y Trias «porque la cena los espera». Olvidó lo más elemental de un perfecto RRPP, que es servir sin rechistar, y menos aún a tan altas representaciones, a los que dejó estupefactos al mismo tiempo que avergonzaba al anfitrión, Alberto Palatchi. Y es que algunos mediadores pierden los papeles y el sentido de la exactitud creyéndose más de lo que son.
No es el caso de Bea Santamaría, maniobradora pero muy sabia e inteligente en su comportamiento, que ahora conduce los pasos de la recién iniciada Lourdes Montes, la futura segunda esposa de Fran Rivera si todo sale según lo previsto. Pasma que ya tenga un representante, un poco en el aire subidito de Olvido Hormigos o de Sonia Ferrer, quién ha vuelto a la actualidad tras enredarse, o lo que haya sido, con Álvaro Muñoz Escassi. Tiemblo.
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