Malú
Malú, la otra incógnita de la noche electoral de Rivera
Las encuestas no le son favorables al líder de Ciudadanos. La duda en el terreno personal es si su pareja lo acompañará en un momento difícil
Albert Rivera (39) aprovechó la jornada de reflexión para hacer un llamamiento a los abstencionistas. El vídeo estaba tomado en un jardín, quién sabe si en la vivienda que comparte con Malú (37), la fortaleza inexpugnable convertida en centro de peregrinación para los fotógrafos. Fuera de ese ámbito, Rivera resulta muy accesible, ha sido uno de los líderes más expuestos aunque todas las encuestas vaticinan que el resultado que obtendría Ciudadanos estaría por debajo de sus expectativas. Silencio en el cuartel general del partido. Hasta el domingo por la noche nada está escrito. Durante la campaña, las mujeres de los cabeza de cartel han quedado esta vez en un segundo plano. En las pasadas elecciones, sí que se buscó la foto de Pedro Sánchez (47) con Begoña Gómez (44) o la de Pablo Casado (38) e Isabel Torres (39). Lidia Bedman (33), la mujer de Santiago Abascal (43), solo se dejó ver en el último mitin de Vistaalegre. En su Instagram, expresó la alegría porque llegara el fin de semana, que sus seguidores interpretaron como un guiño al final de la campaña en la que ha estado absorto el líder de Vox.
Aunque Rivera y Malú han confirmado su relación dejándose fotografiar por las calles de Madrid, de la artista poco se ha sabido. El hermetismo de la pareja ha dado lugar a muchos rumores, entre ellos la posibilidad de que la cantante estuviera embarazada. La alusión que hizo Rivera a los hijos en el debate a cinco del pasado lunes encendió aún más las especulaciones, “¿habría algún mensaje oculto?”, se preguntaban los analistas. Igual pasó cuando el político visitó a Pablo Motos en “El Hormiguero”. “¿Qué tal van las cosas de las que no hablas?”, le preguntaron Trancas y Barrancas. “Bien”, contestó Rivera. Es lo que suele ocurrir cuando se intenta mantener la intimidad a toda costa siendo un personaje público, que se consigue todo lo contrario. En esto no coincide con su antaño admirado Macron (41) que ya antes de llegar a la presidencia francesa contaba con Brigitte (66).
Ahora el foco se pone en la que se espera sea una noche electoral con sorpresas y vuelven a desatarse las especulaciones sobre si Malú acompañará a Rivera en lo que se supone un momento difícil o seguirá en las sombras como hasta ahora. La última noticia que se supo sobre su conexión estuvo en un detalle. En el debate de la Academia de Televisión, Rivera fue maquillado por la profesional que trabaja con Malú y no por el equipo que habían puesto a disposición de los candidatos.
Se trata de Soledad Rebollar, que ha trabajado para Niña Pastori y Vanesa Martín, entre otros, además de con revistas de moda como “Vogue” o “Telva” y cuenta con clientes de alta gama, entre ellos Louis Vuitton, Chopard y Loewe. Desde hace unos años trabaja para firma Tacha, uno de los centros de belleza más prestigiosos de Madrid. Si la primera imagen que vimos de Rivera y Malú fue entre productos de maquillaje en un centro comercial, ofrecida por “El programa de Ana Rosa”, en esta ocasión los volvió a unir la estética. El dato de compartir maquillador entre la pareja no puede pasar desapercibido porque describe muy bien el grado de confianza que tienen ambos en ella: “Al final creas una relación con tus clientes porque sabes lo que les gusta e intentas siempre sacarlos lo más guapos que se pueda”, comenta Mariví Cabestrero, que se ha encargado de la imagen de campaña de Pedro Sánchez o Mariano Rajoy (64). “Los artistas y también los políticos tienen sus secretos de maquillaje que quedan entre el profesional y el ciente”. Tanto es así que el buen aspecto capilar de Rivera no lo conocimos por la maquilladora sino por el propio partido, que confirmó hace unos meses que Rivera tomaba unas pastillas para fortalecer el cabello.
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