Asturias
Pitita: «Veo a Dios en El Rastrillo»
Un año más, El Rastrillo de Nuevo Futuro llega a su fin. «El balance final es muy positivo. La gente ha colaborado y ha comprendido a dónde va el dinero de El Rastrillo, que es lo más importante: cada vez aflora más Nuevo Futuro», asegura Pina Sánchez Errázuriz, presidenta desde 2009. «Otros años la labor de los hogares queda más empañada por la vida de El Rastrillo, que tiene energía propia: diversión, compras, famosos, espectáculos, buena comida... Pero lo que no hay que olvidar es que el cien por cien de lo que se recauda aquí va directamente a los 1.400 niños de la asociación. Y creo que este año la gente lo ha comprendido mejor que nunca».
El Rastrillo vivió ayer su último día con diversas actuaciones, un desfile de moda infantil y el cante de Rocío Durán, pero ya se están calentando motores para la edición de 2014. «Quizá no empecemos hoy, ¡pero mañana ya estamos en ello!», bromeó la presidenta. Y es que el cansancio de diez días se notaba ya en la Pipa. «Es agotador, porque no paras y estás todo el día trabajando, pero es tan reconfortante que se te olvida el cansancio», afirma Pina. «Sigue siendo un evento muy importante en Madrid, y queremos que siga estando vigente, porque aquí acude gente de todas las edades y de todas las condiciones». Este año ha habido, además, multitud de famosos que han querido colaborar con la cita solidaria: «Han sido tantos que no me atrevo a nombrarlos. Todo el mundo quiere poner su granito de arena. La presencia de la Reina y de la Princesa de Asturias fue un gran evento: el apoyo de Doña Sofía es importantísimo. Ha estado muy cariñosa, ha visitado todos los puestos, ha comprado multitud de cosas, se ha interesado por los niños de los hogares... Es un honor que nos visite».
Otra de las «celebrities» que acudió ayer fue la «socialité» Pitita Ridruejo, que concedió unos minutos a LA RAZÓN mientras firmaba ejemplares de su último libro, «La Virgen María y sus apariciones», en el puesto de Los Famosos: «Vengo a El Rastrillo desde que era pequeña. Mi madre tenía un puesto, aunque no me acuerdo de qué, y la estuve acompañando en cada edición. Entonces estaba mucho menos organizado. Después, mamá me lo dejó a mí, y lo llevé mientras fui soltera, hasta que me casé con Mike», recordó nostálgica. Mike es su marido, el ex embajador de Filipinas José Manuel Estela y Stilianopoulos, y el encargado de llevarle el bolso a su mujer mientras ella compraba múltiples anillos y pulseras en el puesto de El Cocodrilo. «No voy a regalar nada, es todo para mí, que me encanta», comentaba divertida. «Seguiré viniendo mientras pueda –he estado bastante enferma últimamente–, y más ahora que me han dado una medalla por mis 25 años de voluntaria». Pitita sigue siendo igual de elegante y de «high class» incluso con un jersey de lana y sin joyas. «A quien dice que esto es sólo para la aristocracia le diría "¡No hagas caso! ¡Ni aristócratas ni gente de alcurnia! ¡La solidaridad es para todos!". Y es verdad: todo el mundo puede colaborar». Doña Esperanza Ridruejo lo sabe bien: ella misma se ha convertido en un icono del movimiento gay e incluso cuenta con su propio club de fans, «los pititos»: «A mí me gusta toda la gente. Jóvenes, viejos, de aquí o de allí. Sólo pido que sean buenas personas».
Próxima biografía
A Pitita le queda cuerda para rato. Ahora planea escribir un libro de memorias: «Quiero escribir mi autobiografía. La empecé antes de verano y la he ido dejando, pero es algo que me divierte». Aunque todos querremos leer cómo asistió a la boda de Lady Di o cómo cenó con la reina de Inglaterra en el palacio de Windsor, Ridruejo no se olvida de su misión esencial: «Hay que llevar a Dios a la gente. Aquí en El Rastrillo veo a Dios por la generosidad de personas anónimas, pero este mundo sigue estando necesitado de Él. No sé lo que nos ha pasado pero como no cambiemos, va a ser muy difícil que llevemos una vida plena, familiar, feliz. Es lo que nos dicen los Evangelios: "Ama al prójimo como a ti mismo". Si hiciéramos lo que Jesucristo nos dice, este mundo sería tal y como Dios lo concibió para nosotros». Por ello al acabar de firmar ejemplares, Pitita se dirigió a la misa rociera que tuvo lugar en La Parrala.
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