Opinión

La crónica de Amilibia: Oigan, ya ni Pablo se fía de Pedro

Gestión dolosa de una pandemia trágica
Gestión dolosa de una pandemia trágicaJOSE LUIS ROCA

Pablo Iglesias dice refiriéndose al asunto del Sáhara «que no hay nada más imprudente que fiarse de Sánchez». Pero, hombre, no hay nadie más fiable que Sánchez: sabes de antemano que te va a engañar. Añade el gurú morado: «Perder tu palabra cuando eres presidente es enormemente grave». A ver, eso a Él no le importa. Piensa en su gran generosidad que las palabras que pierde se las encuentran Bolaños y el coro de vices. Pero sucede que, como demuestra su carta a Mohamed VI precisamente sobre el Sahara, sus palabras están llenas de errores gramaticales y de ahí que, más que desconfianza, provoquen caos y desconcierto. Parece mentira que un presidente de su poderío sexy («¡hot presidente!», le gritaban las señoras en EE UU) no exhiba un mayor dominio de la lengua. Quizá Rufián se refiere a esto cuando señala en el Parlamento que «a la izquierda no nos entiende nadie».

El filósofo Javier Gomá aclara: «Tenemos una izquierda más intelectual, pero profundamente ideologizada, de tal manera que cuando analiza la realidad, normalmente no la analiza, sino que la interpreta de acuerdo con su catecismo». Y Javier Marías aporta: «La importancia de los intelectuales ha disminuido porque muchos de ellos se han equivocado defendiendo lo indefendible». O sea, que entre los catecismos, las equivocaciones y las faltas gramaticales del presi, aquí todo es un horror y un error. Para colmo Rosalía canta: «Enamorá de tu pistola/ Roja amapola/ Crush esa ola/ Casi me controla/ Oh, caro cómo me tiene/ Un diamante en la punta/ Siempre me pone…».

Pilar Alegría debería echar un rato a corregir las cartas de Sánchez y las canciones de Rosalía. ¿O lo de «Motomami» es cosa de Irene Montero?