Ruth Armas: «Sí, soy una mujer de armas tomar»

–«Casting». ¿Es una humillación, el examen necesario e idóneo...?

–Una prueba ideal para observar los prejuicios de los examinadores: se fijan más en el físico o en la ropa, etc., que en el talento.

–¿A qué sabe el rechazo?

–Digan lo que digan, siempre sabe fatal.

–¿Se hacen castings para disimular que ya está elegida la prima o la novia del productor?

–Sí, muchas veces es un paripé en el que la elección ya está hecha.

–¿Tendrían que pasar por un casting los políticos?

–Quizá, pero, ¿quién elige al director de casting? ¿De qué casting sale el director de casting? Qué lío.

–Ha hecho 30 cortos y ahora va del corto al largo. ¿El tamaño sí importa?

–Claro. En un largometraje se cuentan más cosas y luce más el personaje que encarnas.

–En «Casting» es una de las que buscan trabajo. Cosa mala...

–Lo peor de esa situación es que los que tienen el poder sepan que estás necesitada.

–Me imagino que estará cansada de que le pregunten si es mujer de armas tomar...

–No, porque soy una mujer de armas tomar. Soy luchadora y valiente.

–¿Sus armas de mujer?

–La mirada, los ojos...y lo que está a la vista.

–Dice Ana Obregón que la corrupción le quita las ganas de trabajar.

–A mí, no. Ante la crisis y los problemas, me crezco. Trabajo más, me ilusiono más, sueño más. Sólo nos queda ser positivos.

–Dice Anthony Hopkins que somos una panda de pecadores dando tumbos en la oscuridad.

–Tiene razón. Yo peco de ingenuidad, porque no tengo maldad, y a lo mejor conviene tener un poco.

–Hábleme de sus vicios.

–No fumo, no bebo. Mi único vicio es el chocolate: los bombones son el mejor sustituto del sexo.

–Y si encima son de licor, se pueden comer para olvidar.