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Todos los detalles de la guerra entre Isabel y Chabelita

La ausencia de la tonadillera en su estreno musical ha sido el último episodio de una relación quebrada desde el 1 de agosto. Pantoja, muy preocupada por su hija, ha amagado con denunciar a su novio Asraf y valora hablar con su ex, Alberto Isla, para poder ver a su nieto

Isa P durante la actuación del jueves en la discoteca Kapital donde tuvo lugar la presentación de su disco/Foto: Jesús G. Feria
Isa P durante la actuación del jueves en la discoteca Kapital donde tuvo lugar la presentación de su disco/Foto: Jesús G. Ferialarazon

Era la noche más importante de su vida. Chabelita (23), rebautizada para el reggaeton como Isa P, había fantaseado con una puesta de largo musical de película, en la que su madre aparecería mientras sonaba su primer «single» y, casi sobre los créditos, se abrazarían y le diría lo orgullosa que está. Antes de salir al escenario, copió el ritual de la suerte de mamá, el famoso «sí, sí» que la viuda de Paquirri entona cuando se enfunda la bata de cola, y salió al escenario mirando el palco reservado con su nombre. Pero la Pantoja (63) nunca llegó y ella sabía por qué.

«La puñalada de Isabel a su hija». «Isabel deja plantada a Chabelita». «Isa P. se derrumba».

La mañana siguiente al día D ( o día P) los titulares sobre el estreno musical de la hermana de Kiko Rivera (35) en la madrileña sala Kapital, el jueves 19 de septiembre, hacían aún más leña del árbol caído. Más si cabe cuando, la noche de autos, mientras su hija se secaba las lágrimas en el escenario, Pantoja sí seguía la llamada de la sangre para intentar salvar de la quema a su sobrina Anabel. «Te quiero como si fueras mi hija mayor», le regaló vía Iphone para alborozo de Jorge Javier Vázquez, maestro de ceremonias de «GH Vip».

Ni por esas. Anabel se convirtió en la primera expulsada del «reality». Una velada para olvidar para las «Isabeles» del clan Pantoja que, en el caso de madre e hija, viven una de sus guerras más cruentas de los últimos años.

Pero, ¿qué ha llevado a la flamante coach de «Idol Kids» a hacerle este desplante a la niña de sus ojos? Todo empezó el día de su 63 cumpleaños. Mejor dicho, 24 horas antes: el 1 de agosto de 2019. Tras su salida de «Supervivientes», Kiko Rivera anunció para ese día una celebración con unas 50 personas en la finca de Cantora (Cádiz). La presencia de Omar, ex de Chabelita, íntimo del DJ y ojito derecho de la cantante tras su común aventura hondureña, presagiaba tormenta. Y la hubo. Para Isa suponía una provocación y una falta de respeto hacia su actual amor, Asraf, que para más señas fue Mr. Universo Mundial 2018. Nada más otearse en dicho sarao, Omar e Isa P. montaron un pollo (ante la Pantoja) del que dieron buena cuenta los mentideros.

Fuentes cercanas a la tonadillera desvelan a LA RAZÓN que, tras ese cacareado rifirrafe, la joven pidió cuentas a su madre. «No me he sentido considerada en esta casa», le espetó. La dueña del cortijo, muy disgustada por la trifulca, le respondió que la fiesta la había organizado Kiko, invitaciones incluidas, y que ella no quitaba ni ponía Rey, como diría aquel.

Una semana después de la agarrada, Chabelita viajaba a Fuengirola para asistir a un concierto de Jennifer Lopez, quizá buscando inspiración de cara a su cuestionado futuro sobre los escenarios. Aprovechando el desplazamiento, la voluptuosa joven acudió a visitar a su madre al ático que ésta posee en la ciudad malagueña y donde ha disfrutado parte del mes de agosto en compañía de su amiga Charo.

Su intención era mostrarle a mamá Pantoja otro recién nacido, su primer disco, con título a modo de declaración de intenciones «Ahora estoy mejor». Sin embargo, Isabel llevaba días esperando otro pequeño, su nieto Alberto, y al que no abraza desde su controvertida onomástica. Entre reproches mutuos, el nombre del ganador de «Supervivientes» volvió a ser arma arrojadiza y la cantante no consiguió aplacar la ira de su hija. «A Isabel, Omar le parece un buen chico y cree que su actitud en la fiesta de cumpleaños fue correcta», nos relatan fuentes cercanas a ambas.

«Si eliges a Omar me pierdes a mí», dicen que le espetó su benjamina –cuyo noviazgo con Asraf Beno (23) ya dura nueve meses–, antes de poner tierra de por medio. Tras esta nueva trapatiesta a pie de playa, Isabel se quedó desolada. Desde entonces solo silencio entre ambas y más noches en vela para la ya insomne viuda de Paquirri, cuyas llamadas sin respuesta al móvil de Isa son el pan de cada día.

Como la del pasado lunes 16 de septiembre. Esa mañana, Pantoja recibió en su teléfono un vídeo con otra pelotera en la que su hija y Asraf eran los primeros espadas. En las polémicas imágenes, el laureado por guapo agarraba a Chabelita por el brazo para meterla en el portal de su casa, tras haber discutido en otro sarao repleto de flashes. Tras acreditar su autenticidad, la cantante, indignada y preocupada, llamó a Isa, sin éxito, y al modelo, que tampoco descolgó. Inmediatamente, marcó el número de sus abogados para cuestionarles si podía denunciar a la pareja de su hija.

Estos le aclararon que debía ser Isa la que presentara este tipo de acusación, si lo consideraba necesario. En ese momento, Asraf devolvió la llamada a una Isabel muy enfadada, ante cuyos reproches se defendió señalando que ella lo que tenía que hacer era apoyar a su hija con su videoclip. Y colgó sin despedirse.

Tras este desplante, Isabel planteó otro ultimátum: o Asraf o ella. Uno de los dos no tenía sitio en el palco VIP de Kapital. Solo quedaban 72 horas para el estreno melódico de Chabelita y las espadas tocaban ya el firmamento. Isabel, que tenía que haber viajado ese jueves a Madrid por motivos laborales, permaneció en Cantora al lado de su madre, doña Ana, cuya salud vuelve a ser preocupación familiar.

Ahora, mientras Isa despacha su despecho ante la prensa, su madre valora hablar con Alberto Isla, otro ex y padre de su nieto Alberto, para conseguir al menos volver a ver a su pequeño, que el 8 de noviembre cumple 5 años. Y a todo esto, el próximo jueves se cumplen 35 ade la muerte de Paquirri en Pozoblanco. Septiembre sigue sin ser benévolo con Isabel.