Barcelona
A la caza del «prostituidor»
Las asociaciones contra la trata exigen penalizar a los clientes de las prostitutas para frenar la lacra
Suecia se encuentra a al cabeza en nivel de vida, felicidad de sus ciudadanos, conciliación familiar, en igualdad entre hombres y mujeres... A ello se suma que fue el primer país en calificar la prostitución como un modelo más de violencia hacia la mujer. En 1999, elaboró una norma que penaliza la compra de servicios sexuales y despenaliza la venta de éstos. A esta medida se añade la amplia red de ayuda que ha implantado el Gobierno sueco. Estas iniciativas han conseguido reducir la trata de mujeres hasta un 80 por ciento y, hoy, la prostitución se ha convertido en un fenómeno residual. La demanda, entre 1999 y 2008, se redujo casi un 60 por ciento. A las iniciativas legislativas suecas, han seguido las de Finlandia, Noruega e Islandia. Todas ellas han reducido drásticamente el comercio con mujeres. Con datos tan esperanzadores, hoy varias asociaciones de mujeres españolas plantean «penalizar al ‘‘prostituidor''». «Hemos dado un gran paso en la lucha contra la violencia de género, sin embargo, no existe un consenso social en torno a la prostitución», afirmó ayer Susana Martínez, presidenta de la Comisión de Investigación de Malos Tratos a Mujeres.
Sensibilizar a la sociedad actual comienza por llamar a cada uno por su nombre. Es decir, que al cliente se le debe denominar «prostituidor», como explican desde la asociación. Y aunque saben que el término no está admitido por la RAE, lo utilizan como una forma de deslegitimar este negocio, de evitar que la palabra «cliente» cosifique a la prostituta pues «invisibiliza a los verdaderos responsables», añaden.
El 90 por ciento de las mujeres que se prostituyen están obligadas a hacerlo. En España se calcula que 300.000 mujeres se dedican al negocio de la prostitución. Entre ellas, las cifras reflejaban hasta hoy que las mujeres inmigrantes, en especial las que procedían de Brasil y de Rumanía, eran las que más recurrían a la venta de su cuerpo, pero la crisis económica ha dado un vuelco a la situación, «el número de mujeres nacionales que se dedican a la prostitución se ha elevado. Vender su cuerpo se ha convertido en la única vía para intentar salir de esta difícil situación», explicó ayer Rosario Carracedo, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Mujeres para la Abolición de la Prostitución.
«Si no hubiera demanda, no existiría ni la trata de mujeres, ni la explotación sexual de ninguna mujer», valora uno de los informes que publicó en 2004 la ONU. En él apuntan al cliente como el eslabón principal para conseguir erradicar la prostitución y evitar que las mujeres vendan su cuerpo. En 2009, la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudc) ofreció varios datos que reflejaban la difícil situación por la que atraviesan las prostitutas. Entre ellos se refleja que la explotación sexual representa el 79 por ciento de la trata de personas. Asimismo, en dos de cada cinco países, de los 155 que fueron examinados, no se había registrado una sola sentencia condenatoria. En Europa, la cifra de mujeres que ofrecen servicios sexuales a cambio de dinero anualmente supera el medio millón, y en todo el mundo, más de cuatro millones son víctimas de trata, de los cuales más del 90 por ciento son mujeres, niños y niñas. Todos estos indicios explican por qué «debemos hacer un examen diferente acerca de la prostitución. Estamos hablando del consumo sexual de mujeres y del rendimiento económico que numerosas organizaciones recogen de esta explotación», asegura Carracedo.
Desde las asociaciones que velan por el derecho de la mujer creen que esta actitud «ratifica prácticas de violencia y de desigualdad» y aunque no existe un modelo homogéneo del «prostituidor», su perfil en toda la Unión Europea se asemeja al de un hombre casado de entre 30 y 50 años y con hijos. En nuestro país, el 40 por ciento de los varones de entre 17 y 60 años acuden a la prostitución y el 99 por ciento de la demanda es masculina.
Varias ciudades españolas ya han comenzado a penalizar la prostitución en las calles. La ordenanza municipal de Barcelona de 2006 abrió una puerta a la sanción de los clientes. En su artículo 38 y siguientes expone que «está especialmente prohibido mantener relaciones sexuales mediante retribución por ellas en el espacio público». Estas conductas «tendrán la consideración de muy graves, y serán sancionables con multa de 1.500,01 a 3.000 euros», prosigue la norma. Mientras, en Sevilla están estudiando seguir los pasos de Barcelona y Madrid también ha tanteado una posible falta administrativa, el Ayuntamiento de Granada también quiere terminar con la industria del sexo en las calles de su ciudad. En 2009 redactaron un documento que considera como infracción muy grave el «ofrecimiento, solicitud, negociación y aceptación de servicios sexuales» a menos de 200 metros de las zonas residenciales, centros educativos, comerciales y empresariales.
Las organizaciones españolas que abogan por terminar con esta lacra no son las únicas que están planteando penar esta actividad. En abril de 2011, el Parlamento francés ha aprobado un informe que recomienda sancionar la demanda de la prostitución y que prevé que pronto se convierta en ley. «En España tenéis una norma de violencia de género muy ambiciosa, pero no refleja el problema de la prostitución y de la trata», concluyó ayer Malka Markovich, una de las promotoras de la futura ley francesa.
LAS CLAVES
El perfil del «putero»
1.- Familiar
La mitad de los hombres que acuden a la prostitución tienen pareja y cuatro de cada diez tienen hijos
2.- Consciente
El grueso de los clientes es consciente de que el 90% de las mujeres se prostituyen contra su voluntad.
3.- Entre 30 y 50 años
El 40% de los varones de entre 17 y 60 años acuden a la prostitución, aunque de media tienen entre 30 y 50 años
✕
Accede a tu cuenta para comentar