Zaragoza

El Príncipe 25 años al servicio de la Constitución

En España nos hemos acostumbrado a ver al Príncipe aquí y allá, en un acto oficial en Extremadura o en una toma de posesión de un presidente al otro lado del Atlántico, solo, acompañado por la Princesa o secundando a los Reyes.

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Pero para llegar a este punto han tenido que pasar veinticinco años de intenso trabajo y de un nada fácil equilibrio de peso entre quien tiene claramente definido su papel en la Constitución, el Rey, y quien sólo sale mentado en la Carta Magna para situaciones excepcionales. En ningún lado aparece regulado qué debe y qué no debe hacer el Heredero de la Corona y aun así, hoy, su papel como representante de España tanto dentro como fuera de nuestras fronteras es reconocido y aplaudido.

Ese cuarto de siglo se cumple hoy, porque el 30 de enero de 1986, Don Felipe cumplía 18 años y juraba ante las Cortes Generales fidelidad a la Constitución y al Rey, es decir, entraba plenamente a ejercer dentro de la máxima norma lo que es, un Príncipe dedicado al servicio a España. Hoy, Don Felipe celebra su 43 cumpleaños y cinco lustros ejerciendo totalmente su papel como sucesor al Trono.

Debates
Con el paso de los años, el Príncipe no sólo ha acumulado una formación académica y militar excepcional, sino una experiencia de trabajo con muchos sectores que le hacen ser, probablemente, el Heredero mejor preparado de Europa para asumir, cuando toque, el papel al que está llamado. Precisamente éste es uno de los debates, la sucesión, que desde determinados sectores se ha querido lanzar en los últimos meses. Unos por agoreros, viendo lo que no hay en la salud del Rey, y otros por abrir una discusión sobre el modelo de Estado que recoge la Constitución. Por el momento no parece que se vaya a dar ninguno de los dos escenarios pese a que por cuestiones biológicas obvias, éste se acerque lentamente. Y en el caso del primer augurio, el primero que seguro que no está interesado en que se dé es, como es lógico, el propio Príncipe.

Viajes al extranjero

En estos 25 años la evolución del trabajo del Heredero ha ido in crescendo hasta alcanzar un equilibrio con el de su padre. Desde mucho tiempo antes de la operación de pulmón de Don Juan Carlos, la Casa del Rey determinó que en muchos de los actos a los que asistía el Rey no era de rigurosa necesidad su presencia.

Poco a poco, el Príncipe fue asumiendo compromisos que derivaban de la agenda del Rey sin mermar ésta y, al mismo tiempo, comenzaba con los suyos propios. En esa evolución se ha ido asentando en un papel principal en la representación del Estado en actos fuera de nuestras fronteras. Desde que el 13 de enero de 1996 asistiera a la toma de posesión de Álvaro Arzú como presidente de Guatemala, Don Felipe ha acudido a 57 tomas de posesión de presidentes iberoamericanos. Esto supone no sólo que conoce a todos los presidentes de uno de los continentes del planeta más importantes en la política exterior española, sino que le otorga un estatus en aquellos países vital para esas relaciones con los países «hermanos».

Aun así, Iberoamérica no es el continente más visitado por el Príncipe. Hasta 92 veces ha viajado por Europa, mientras que a los países del Cono Sur ha acudido «sólo» en 73 ocasiones.
Esas constantes salidas al exterior completan el trabajo de «embajador» de Don Juan Carlos, y de promoción de España en el extranjero. Al igual que hace su padre, Don Felipe suele acompañarse de empresarios de diversos sectores para intentar introducir a compañías españolas en otros países, algo que hacen ambos con especial ahínco desde que se desató la crisis económica.

Su incorporación a la agenda oficial se produce, poco a poco, a partir de 1996. Hasta 2004 desarrolla diversas actividades, pero es a partir de su matrimonio con Doña Letizia cuando su agenda comienza a multiplicarse. Antes de todo eso, el Príncipe recibió un periodo de formación superior de nueve años que le convierte, sin duda, en el mejor preparado de las monarquías. El planteamiento fue desde un inicio que su formación no difiriera de la del resto de los estudiantes (estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid) y fuera lo más plural posible. Con ese espíritu, cursó algunas asignaturas de Ciencias Económicas y posteriormente un máster en Relaciones Internacionales en Georgetown.

Mientras, entre 1985 y 1988, cursaba sus estudios militares en la Academia General Militar de Zaragoza, en la Escuela Naval Militar de Marín y en la Academia General del Aire de San Javier.

Desde entonces, el Príncipe ha seguido su carrera castrense con el mismo ritmo que sus compañeros sin atajo alguno. Hoy es teniente coronel de Tierra y Aire y capitán de fragata en la Armada. Pero lejos de dejarse llevar y de beneficiarse de su estatus de Príncipe, sigue haciendo sus cursos de piloto y los correspondientes que por su condición de oficial debe realizar. A partir de ahora, además, comenzará con su agenda propia de audiencias militares.

El Príncipe, más allá de estadísticas y biografías, ha dedicado muchas horas en los últimos años a conocer en profundidad sectores como el empresarial o el de los medios de comunicación, a involucrarse en todas aquellas fundaciones y patronatos que preside, especialmente los que se vuelcan en la juventud y en valores como el esfuerzo o la innovación. Don Felipe repasa una y otra vez sus discursos, lee y estudia todo lo que su agenda le permite y sigue practicando deporte. Entre medias, dedica todo el tiempo que puede a sus hijas. Hoy cumple 25 años ejerciendo bajo el juramento a la Constitución. Está preparado para lo que haga falta por formación y experiencia, pero aún no toca, queda Rey para rato.


El Heredero mejor preparado
- Cursó Preescolar, Educación General Básica y Bachillerato Unificado Polivalente en el Colegio Santa María de los Rosales.
- Concluidos sus estudios secundarios, realizó el último curso escolar equivalente al COU en Lakefield College School, Canadá.
- Desde septiembre de 1985 a julio de 1988 llevó a cabo sus estudios militares, sucesivamente, en la Academia General Militar de Zaragoza, en la Escuela Naval Militar de Marín y en la Academia General del Aire de San Javier.
- De octubre de 1988 a junio de 1993 estudió Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid, cursando también diversas asignaturas de Ciencias Económicas.
- En mayo de 1995 se graduó en el máster en Relaciones Internacionales en la Universidad de Georgetown, tras dos años de estudios.